Inversores, con el freno de mano
Esperar y ver, el famoso “wait and see”. Ésa fue la reacción por parte del mundo de los inversores ante el período electoral clave que presenta la Argentina.
La decisión de poner el freno de mano a la espera del resultado de agosto y especialmente de octubre se gatilló a partir de la decisión de Cristina Kirchner de presentarse como candidata a senadora por la provincia de Buenos Aires. Y las chances concretas de asestarle una derrota al Gobierno en el principal distrito del país.
Como siempre sucede, en los activos financieros fue donde mejor se reflejó esta dinámica. En primer lugar el dólar adquirió una volatilidad significativa, pasando de mínimos de $ 15.30 a fines de mayo a niveles de $ 17,45 en las últimas jornadas.
Estos valores sobrepasaron con amplitud la expectativa del mercado para esta fecha del año. Igual por ahora nadie cree que la divisa vaya a escaparse demasiado, sobre todo luego de la suba de tasas del Central. Pero todo está pendiendo de un hilo. De vuelta, el resultado electoral será el que determine el movimiento del tipo de cambio a partir de ahora.
Pero otros activos financieros también sintieron el golpe. Las acciones sufrieron caídas significativas en los últimos días, en parte también afectadas por una decisión de AFIP de gravar las ganancias de inversores extranjeros por compra y venta de acciones en el mercado porteño.
La decisión fue corregida horas más tarde por el ministerio de Hacienda, ya que va exactamente en sentido contrario de lo que el Gobierno promueve a partir de la nueva ley de mercado de capitales para darle impulso a la operatoria local.
También hubo más pesadez en el mercado de bonos, lo que se reflejó en un significativo aumento de riesgo país. Los títulos argentinos se venían acercando al riesgo brasileño pero nuevamente se han separado.
De los 395 puntos pasaron a 440 puntos. Y en el mes, mientras este indicador aumentó más de 1% para los títulos locales, en el caso de los brasileños cayó más de 7%. Esto significa que el proceso de baja de la tasa de interés para conseguir financiamiento no sólo se detuvo, sino que incluso se revirtió, por ahora, marginalmente. Es una noticia preocupante, teniendo en cuenta la enorma cantidad de recursos que debe conseguir el Gobierno en los mercados internacionales para financiar el déficit fiscal.
Cautela extrema
Dólar, acciones y bonos son el mejor reflejo de la retracción por parte de los inversores financieros en las últimas semanas. Y esta mayor cautela se observó tanto a nivel local como internacional.
Más preocupante aún es que esta postura también se está viviendo en los ámbitos empresarios, es decir aquellos que deben tomar decisiones de inversión de largo plazo. Las explicaciones tienen su lógica: si el Gobierno tiene una buena elección y hay que redoblar la apuesta por Argentina, nadie llegará demasiado tarde para hacerlo.
Los mercados imaginan que si el Gobierno tiene una buena elección, que incluye un resultado favorable en la provincia de Buenos Aires, todo se hará más sencillo en los próximos dos años.
En tanto, en el plano inflacionario, el titular del BCRA insiste en cumplir con su meta del 17%. Razones no le faltan: una meta que se incumple, no es una meta, aunque los analistas privados ya casi descuentan la imposibilidad de llegar a esa cifra al final de este año.
Reformas esperadas
Si el resultado electoral es favorable, el escenario que se espera es una mayor afluencia de capitales.
Habrá margen para implementar la reforma impositiva y laboral, al tiempo que seguirá fluído el financiamiento para hacer frente a la reducción gradual del déficit fiscal. En ese escenario, el crecimiento del 2018 podría estar un escalón por encima del 2,8% esperado para este año.
Un escenario más complejo desde el punto de vista electoral podría desencadenar una serie de hechos adversos.
El Gobierno tendría mucho menos margen para promover reformas que deben pasar por el ámbito legislativo.
Además, se complicaría más el acceso al crédito externo, que es un pilar con el que cuenta Mauricio Macri para no apurar más la reducción del déficit. Y probablemente mucha de las inversiones reales que estaban pensando en desembarcar en el país seguirán en la lista de espera, por lo que las posibilidades de crecimiento para los próximos años se verán reducidas notoriamente.
En la Casa Rosada son conscientes de este panorama y por eso le apuntan todos los cañones al Conurbano bonaerense. Allí es donde más le cuesta hacer pie al oficialismo y donde mejor parada continúa la ex presidenta. El 50% que salió a ofrecer Banco Provincia para las compras en supermercados, o la línea de crédito para los beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo son los mejores ejemplos de esta preocupación.
El segundo y tercer cordón es el más afectado por la pobreza, la suba de tarifas y la baja de poder adquisitivo.
La economía será sin dudas más determinante que la ideología en los próximos comicios, por más que los políticos intenten hacer creer lo contrario.
La suba del riesgo país y la incertidumbre electoral llevaron a varias empresas a postergar los planes para buscar financiamiento”. Los mercados imaginan que si el Gobierno tiene una buena elección todo se hará más sencillo en los próximos dos años”.