Las dos caras de la ruta 60, entre Rivera y Huanguelén
Al oeste de la RN 33, se está ejecutando una obra millonaria; hacia el este, es menos que un camino rural. Es una vía estratégica para la provincia.
Dos caras son las que tiene la ruta 60 en tan solo los 210 kilómetros en los que atraviesa de este a oeste nuestra región: una, la del progreso y las obras, que va desde el límite con la provincia de La Pampa hasta la ruta nacional 33, atravesando Adolfo Alsina; y la otra, de desolación, olvido y el “arreglate como puedas”, entre la 33 y el cruce con la provincial 86, atravesando los distritos de Coronel Suárez y General La Madrid.
Para ser una ruta estratégica que comunica Capital Federal con el Alto Valle rionegrino, hay una diferencia abismal entre ambos sectores. En el primero, desde el gobierno provincial se inyectaron más de 500 millones de pesos para reconstruir un tramo de 110 kilómetros que no soportaba un parche más; mientras que en el segundo los únicos arreglos que se hacen están a cargo de las municipalidades.
En la actualidad, ese segundo tramo, el olvidado, tiene una parte de 45 kilómetros poceada y llena de baches que va desde la 33 hasta el ingreso a Huanguelén; la otra sección, de 55 kilómetros, desde el mismo acceso hasta la rotonda de la ruta 86 -que va hacia General La Madrid-, prácticamente está desaparecida e imposible de transitar.
Para la gente de Huanguelén, la repavimentación/reconstrucción a nuevo de esos 100 kilómetros es casi una cuestión de identidad, tan histórica como su reclamo por la autonomía distrital; sobre todo cuando comparan el dinero que recibió Adolfo Alsina con los cero pesos que se destinan a la ruta 60 en Coronel Suárez.
“Hace años que el tramo hasta la 86 desapareció -reconoce el concejal radical Ricardo Scheffer-. Ya no queda carpeta asfáltica y, hasta hace unos meses, era intransitable también como camino de tierra”.
En la actualidad, el viaje desde Huanguelén hacia Coronel Suárez no reviste grandes complicaciones, aunque los 30 kilómetros hasta la ruta 85 tengan muchos pozos; el verdadero problema es querer viajar hacia La Madrid, con 55 kilómetros en que solo se puede ver el terraplén y algún trozo de pavimento que se mantiene en pie.
Vecinos y chacareros que no tienen más remedio que transitarla, aseguran que solo queda el terraplén donde antes se erigía el asfalto, y que en algunos lugares hasta se forman pequeños pantanos con juncos. Con las lluvias, la situación se ha tornado mucho más complicada.
“No es una ruta provincial: es una calle de tierra en mal estado, agravada por la crisis hídrica. Los intendentes pasan y prometen gestionar, pero no pasa nada; el año pasado quisimos llevar nuestra petición a la gobernadora María Eugenia Vidal, pero tampoco nos recibió”, lamenta.
Este no es el único tramo complicado. Los 100 kilómetros que comunican la rotonda de la ruta 86 con la ciudad de Olavarría, que también figuran como ruta provincial 60, nunca fueron pavimentados y son mantenidos como camino rural.
“Antes de las lluvias, el municipio de General La Madrid había acondicionado un sector como camino de tierra, para hacerlo transitable. Pero con las precipitaciones de las últimas semanas, quedó nuevamente intransitable”, señala Scheffer.