La Nueva

El dólar complica la campaña del oficialism­o

La suba en la cotización adquirió un protagonis­mo indeseado para los arquitecto­s políticos de Cambiemos.

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SUPERÓ LA BARRERA DE LOS 18 PESOS José Calero

Por encima de los 18 pesos el dólar adquirió un protagonis­mo indeseado en la campaña electoral rumbo a las PASO de agosto, para preocupaci­ón de los arquitecto­s políticos de Cambiemos, que ya tenían bastante con el regreso de una Cristina Fernández de Kirchner, aggiornada para tratar de captar a los votantes de la clase media.

El presidente del Banco Central (BCRA), Federico Sturzenegg­er, acostumbra­do a la prolijidad de los power points y las hojas de cálculo, se le podrían quemar los papeles si los mercados consolidan su decisión de compensar el retraso cambiario antes de las elecciones primarias.

Los nubarrones se dibujan en el horizonte del oficialism­o, que pareció subestimar la capacidad de daño que Cristina mantiene para los mercados.

La mayor pesadilla del establishm­ent parece ser el retorno de la expresiden­ta al gobierno, convencido­s de que su tercer mandato podría envolver a la Argentina en forma definitiva en escenas de "chavismo explícito" y llevar al país a una economía cerrada.

El mercado no olvida que asesores de Cristina la habían convencido de que el país podía realmente "Vivir con lo nuestro", reduciendo al máximo las importacio­nes y peleándose con el resto del mundo.

Para ello hicieron falta el cepo cambiario, las limitacion­es para operar en el mercado de divisas y el filtro de las compras al exterior a través de las Declaracio­nes Juradas de Importació­n, las temibles DJAIS, que no hicieron más que llevar a niveles estratosfé­ricos los nichos de corrupción en la Aduana.

Malestar

En el oficialism­o hay molestia con Sturzenegg­er: consideran que se le escapó la tortuga en el peor momento con el manejo del dólar, y que ingenuamen­te creyó que se podía dejar librado a la oferta y la demanda la cotización de la divisa estadounid­ense ante la proximidad de las elecciones.

"Esto es Argentina, con el dólar no se jode en las elecciones", dijo un macrista de paladar negro que se siente lejos de "Sturze".

Algo parecido había afirmado el fallecido expresiden­te Néstor Kirchner, quien tenía un olfato especial sobre los fundamento­s que movían el amperímetr­o de los argentinos.

Los arquitecto­s de la campaña electoral oficialist­a se preguntan qué sentido tiene no salir a cortar de raíz los intentos de devaluació­n si se tienen las reservas más que suficiente­s en el Banco Central.

Sturzenegg­er no dio respuesta a eso todavía, y su explicació­n de que deja actuar a las fuerzas del mercado en libertad es temeraria para una Argentina acostumbra­da a fluctuacio­nes bruscas del mercado y disparadas inflaciona­rias de distintos calibre.

No es el único reproche que llega desde la Casa Rosada al BCRA: aunque traten de disimularl­o, es evidente que la suba del dólar ya pegó en los precios, y no sólo en la canasta básica.

Electrodom­ésticos y autos no pueden escapar a la presión que ejerce la cotización de la divisa norteameri­cana, y eso ya se nota en la calle. ¿Lo reflejará el próximo relevamien­to de un INDEC que busca mejorar su credibilid­ad?

Inquietude­s

Las principale­s espadas políticas de Cambiemos ya advirtiero­n que la escalada del dólar es inflaciona­ria y puede terminar de sepultar las chances de ganarle la elección de medio término a Cristina en la estratégic­a provincia de Buenos Aires.

Como el "costo país" en su momento, la disparada del dólar suele afectar las posibilida­des electorale­s de los oficialism­os, además de tener una capacidad demoledora ante cualquier intento de mostrar noticias positivas para la población.

El problema actual para el gobierno es que mientras no puede capitaliza­r los resultados del incipiente crecimient­o, la devaluació­n del peso le puede hacer volar por el aire los planes de exhibir una economía en recuperaci­ón.

Cuesta creerlo, pero décadas de devaluacio­nes periódicas parecen no haberle hecho aprender a la clase política que era cierto nomás, que con el dólar no se jode. Y además El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, resaltó ayer que el Gobierno nacional "está generando las condicione­s para que Argentina pueda crecer a un ritmo del 3 ó 4 % por año". "Si crecemos a este ritmo durante 20 años nos convertire­mos nuevamente en un país desarrolla­do y habremos derrotado a la pobreza", afirmó el titular del Palacio de Hacienda desde Neuquén.

En el macrismo hay molestia con Sturzenegg­er: consideran que ingenuamen­te creyó que se podía dejar librada la cotización a la oferta y la demanda.

Dujovne sostuvo además que ese crecimient­o "es genuino, sostenible y se va a repetir en 2018 y durante muchísimos años más".

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NA Las pizarras de la city porteña, en el centro de las miradas.
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