Valores más altos y crédito que no alcanza tiñen de gris al mercado
Aunque agentes y desarrolladores aseguran que tienen buenos niveles de trabajo, admiten que existen ruidos externos que dificultan la generación de un círculo virtuoso que beneficie a todo el sector.
El desfasaje entre los montos de los créditos hipotecarios que las entidades financieras están dispuestas a prestar a la gente y los precios de las unidades que se ofrecen para la venta es un nubarrón que tapa el clima soleado que hoy vive el mercado inmobiliario bahiense, según coincidieron actores locales. consultados por “La Nueva ”.
Es que los valores de los departamentos “a estrenar” quedan fuera del alcance de muchos candidatos a acceder a los préstamos para vivienda, al tiempo que la concentración de la demanda en unidades usadas y de menor valor -más accesibles con respecto al crédito máximo que se puede obtener en el banco- sube las cotizaciones, alejándolas de los montos que se otorgan, los que son fijados en función de los ingresos de los interesados.
Para colmo, el diferencial precio de la unidad/monto a prestar se profundizó en los últimos días, producto del fuerte salto en el precio del dólar, que apenas en lo que va del mes se apreció casi un 5 por ciento (16,82% en un año), de acuerdo con datos del BCRA.
“Tenemos más de 105.000 pedidos que han pasado el primer filtro, 20.000 créditos hipotecarios aprobados y 10.000 casos que ya están buscando la casa. Ahí tenemos problemas, porque las casas se cotizan en dólares”, admitió el presidente del Banco Nación, una de las entidades más activas en lo que hace a otorgamiento de créditos para vivienda ajustados por Unidad de Valor Adquisitivo (UVA) Javier González Fraga.
“Cuando el dólar pasó de 16,20 a 17,50 pesos, los créditos quedaron cortos. Algunos están tratando de buscar otra casa, pero nosotros también estamos tratando de solucionar ese problema”, admitió el funcionario, aunque hasta ahora, sin mayores novedades.
Pese a ello, los agentes aseguran que tienen un buen volumen de trabajo, y, aunque algunos restan importancia a la volatilidad cambiaria, reconocen que muchos “no llegan” con la cantidad de dinero que los bancos les ofrecen.
“Últimamente, estamos viendo que las operaciones se traban porque hay una diferencia entre los valores tasados de los inmuebles por parte de la entidad que financiará la adquisición y lo que pretenden los dueños. Y creo que acá si se ven los ruidos que está generando el dólar”, manifestó el directivo de Grupo Comignani, el abogado y arquitecto Mauro Comignani, firma con 95 años de experiencia en el mercado inmobiliario de la ciudad.
De acuerdo con el titular de la Cámara Inmobiliaria de Bahía Blanca (CIBB), Javier Piñero, la explicación para este escenario pasa porque los créditos otorgados responden a las relaciones cuota-ingreso de los solicitantes.
“La gente hoy compra con el monto que le da el banco, no tiene otra posibilidad. Y a muchos, con eso le alcanza para un departamento usado, una mercadería menos inaccesible frente a otras opciones que ofrece el mercado local”, explicó Piñero.
Resultado: la demanda se direcciona hacia esas unidades, lo que provoca un alza en los precios de los departamentos usados de 50 metros cuadrados, con cotizaciones en moneda dura de hasta 65.000 dólares aproximadamente.
Según los agentes consultados, dicha mercadería se habría incrementado -en pesosa razón del 10 al 15% interanual, de forma que la falta de actualización de los créditos promedio dejaría afuera a más de un interesado.
¿Y los desarrolladores?
Del lado de las constructoras locales, algunos de sus titulares sienten que este incipiente boom crediticio todavía no les llega.
“La verdad que nosotros no sentimos el movimiento de los préstamos. De hecho, he mantenido reuniones con directivos bancarios de entidades públicas y privadas para ver que se puede hacer, pero hasta hoy, sin resultados a la vista”, manifestó el desarrollador local Enrique Wasserman, socio de GalakWasserman SRL.
Una de las razones -además del diferencial de precios entre viviendas nuevas y usadas- estriba en que, de acuerdo con Comignani, “es más complejo gestionar un crédito, porque se necesita escritura previa”.
Pero el exceso de requisitos no sería exclusivo de las unidades a estrenar.
Los usados, aunque más accesibles al público en cuanto a cotizaciones, también tendrían sus bemoles.
De hecho, desde el Colegio
Para los agentes, hay buenos niveles de actividad, aunque admiten acerca de la existencia de ciertas amenazas que se ciernen sobre el mercado bahiense.