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-Petisos hay y también pueden jugar bárbaro, como Isaiah Thomas o (Facundo) Campazzo. Uno o dos se pueden incluir, pero sin abusar porque, de esa manera, terminás con un tres (alero) que tendría que ser un dos (escolta) o con un cuatro (ala-centro) que debiera ser un tres (alero).

-En la preparación. Debo agradecer a Maxi Görg (presidente de la ABB), Marcelo Pallotti (secretario) y Guillermo Barco (encargado de la selecciones), que nunca me presionaron en poner a determinado jugador. Traté de ser lo más imparcial posible y de representar a Bahía como corresponde. Bahía está para que jueguen los mejores, buscando la evolución y, también, intentando ganar.

-Bahía está llena de técnicos. Ya me enteré de ocho mil quejas respecto de quien incluí y a quien no puse en este torneo, y eso que venía ganando los anteriores. Si se hubiera perdido este, se habrían generado un millón de críticas, pero me la banco, porque sé que es así. Bahía tiene cantidad de entrenadores y por eso también somos la Capital del Básquet. Te exige siempre dar lo máximo. -Yo no. Suficiente con la presión que me pongo yo.

-Ninguna duda. De lo contrario, podría haber dirigido un nivel más alto, después de estar en la Liga o de haber llegado a un tercer puesto, el mejor en la historia, con la selección de Río Negro. Tengo currículum, pero el temperamento me juega malas pasadas. Estoy en edad de corregirlo.