“Los cortes del parrillero prácticamente no se exportan”, dijo Ulises Forte, del IPCVA.
Las cifras de exportaciones del primer semestre son alentadoras en comparación con el mismo período de 2016. Especialistas del sector analizaron la situación.
En un alentador contexto de aumento de las exportaciones.de carne bovina, “La
Nueva ” conversó con el presidente del Ente Zona Franca Bahía Blanca-Coronel Rosales, Lisandro Ganuza, y el ingeniero agrónomo Pablo Amorín, asesor en agronegocios del Ente y especialista en gestión de la cadena de valor bovina, sobre las posibilidades de generar un ciclo productivo que tenga como parte de la cadena de valor a la zona franca.
Amorín explicó que actualmente la situación de los mercados de ganados y carnes a nivel nacional se encuentra en un punto de inflexión. Mientras que el consumo per cápita de carne vacuna disminuyó en la última década de 69,4 kg promedio en 2007 a 54,9 kg promedio en 2017 (fuente IPCVA), los kilos perdidos fueron sustituidos por otras fuentes cárnicas como el pollo y el cerdo. De esa manera se logró mantener el consumo total de carnes en el orden de los 120 kg promedio (fuente CICCRA), los cuales nos posicionan dentro de los 10 países con mayor consumo cárnico a nivel mundial. “Esa variación se debe a diversos factores dentro de los cuales se encuentran el precio, los hábitos de consumo y la eficiencia de los diferentes sistemas de producción”, explicó Amorín.
“Las políticas y medidas promovidas por el Gobierno nacional, como la quita de las retenciones a la exportación la restitución de los reintegros, han favorecido a los factores de competitividad externa; aunque todavía son necesarios algunos incentivos económicos para que la tracción exportadora tome el impulso esperado. Ese momento deberá encontrarnos con las acciones realizadas a nivel productivo, sanitario e industrial en orden de poder captar en toda su intensidad la demanda de los mercados externos”, agregó el ingeniero agrónomo.
“El reconocimiento internacional de la calidad de nuestras carnes por la genética, sanidad y sistemas de alimentación que contamos, nos posiciona en una situación favorable ante los compradores globales, para los cuales hay que estar a la altura de los compromisos, en cuanto a la fiabilidad de las operaciones en aspectos como volúmenes, estandarización de calidad y cumplimiento de cupos”, analizó.
En ese sentido, Ganuza comentó que “desde Zona Franca hemos desarrollado vinculaciones con la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional y estamos trabajando en una agenda conjunta, cuyo objey tivo inicial es relevar la capacidad exportable de nuestro sistema productivo regional”.
A partir de allí –continuó Amorín--, se articularán las estrategias tendientes a consolidar la integración de la cadena de valor bovina regional dotándola de sustentabilidad a través de los mecanismos que dichos organismos prevén, como la articulación de asociaciones y la conformación de consorcios de exportación, para lo cual ya hemos mantenido reuniones con diferentes eslabones de la misma, generando unos mecanismos de trabajo que nos permitan ir transitando el camino hacia la posibilidad de la exportación por el puerto local, con los beneficios asociados que esa condición generaría a la economía regional.
Finalmente, Ganuza mencionó el potencial de la herramienta zona franca, en caso de que se la utilice en algún aspecto de procesamiento y/o acopio previo a su exportación, mientras que también identificó geográficamente al “Área Operativa 1” de la Zona Franca Bahía Blanca-Coronel Rosales como lugar objetivo para la potencial radicación de dicha actividad.
Números
En cuanto a carne vacuna, China resultó el principal destino, en volumen, para las ventas argentinas durante los primeros seis meses de 2017 con aproximadamente 38,3 mil toneladas, seguido por Chile (15,1 mil t) e Israel, (10,6 mil t).