La importancia de la primera etapa de la socialización
La licenciada en Sociología y magister en Género, Sociedad y Política, Leila Vecslir, describió el proceso de socialización que atraviesan las personas y la forma en que internalizan las normas.
“Los seres humanos atravesamos un proceso de socialización primaria entre el nacimiento y aproximadamente hasta los 6 años. Desde la Sociología, entendemos que es en este primer momento de interacción con un ambiente natural y social que incorporamos una estructura nómica”.
La profesional sostuvo que “nacemos con la capacidad y la predisposición a formar parte del orden social, pero es a través de la relación con un ambiente natural y social-cultural que incorpora“Sin el lenguaje y las diferentes posibilidades de la acción”.
Vecslir, quien es profesora adjunta de la cátedra de Sociología e investigadora de la Universidad Nacional del Sur, aclaró que durante esa socialización primaria internalizamos las diferentes normas de comportamiento que nos permiten funcionar como seres sociales.
embargo, el proceso de aprendizaje continúa a lo largo de toda la vida. Mientras que la socialización primaria finaliza a los 6 años con el aprendizaje de la lectoescritura, con la socialización secundaria, que se desarrolla entre los 7 y hasta los 18 años, incorporamos vocabularios técnicos, principalmente aquellos vinculados al mundo del trabajo y de las instituciones”.
Sobre el tema, consideró que ese proceso que “nos constituye como seres sociales, responsables de nosotros mismos y de quienes nos rodean, es clave para la inter- nalización de las normas de tránsito. En este sentido, sería necesario relevar la relación entre la edad y la probamos bilidad de sufrir un accidente de tránsito, indagar si ésta probabilidad se vincula con la falta de educación en la materia de las franjas etarias más altas”.
También explicó Vecslir que “resulta necesario continuar analizando si la probabilidad de sufrir un accidente se vincula con las representaciones de género prevalentes en nuestra sociedad”.
“En un marco más general, se puede decir que nuestra sociedad tiene una relación ambivalente con las normas: por un lado, se pide al Estado más normas y mayor control sobre su cumplimiento, pero luego presenciamos pequeñas infracciones cotidianamente que, aunque sean pequeñas, son parte de esta estructura anómica -falta o debilidad de las normas- en la que estamos inscriptos”, finalizó.