El Barrio Inglés necesita de una serie de mejorar para recuperar su esplendor
El más que centenario conjunto de viviendas necesita una serie de intervenciones para recuperar esplendor.
PATRIMONIO ARQUITECTÓNICO Mario Minervino
Olga vive en el Barrio Inglés hace 45 años, cuando a su marido, empleado del ferrocarril, lo trasladaron a nuestra ciudad. Ahora vive en planta baja, luego de haber ocupado, apenas llegada, una casa en la planta alta.
"Esta es mejor, no tengo que subir la escalera exterior", dice en relación al acceso de hierro y madera.
La vivienda es lineal, tipo casa chorizo, con tres ambientes alineados comunicados entre sí y cada uno con una puerta al patio lateral. El cielorraso se ubica a 5 metros y el departamento mantiene su piso de pinotea original en el estar y dormitorio.
Como la mayoría de los departamentos del barrio, amplió el sector destinado a cocina y sumó un baño interior, ya que el original estaba fuera de la vivienda.
La carpintería de madera es original, en perfecto estado, con una altura de 4 metros, paños superiores vidriados y postigones. Cada ambiente tiene calefactores y mantiene el sector con su tiraje hacia la chimenea.
Olga se siente cómoda. "Estoy cerca del centro, tengo lugar para mis plantas", dice. Asegura que el barrio es tranquilo y que la totalidad de las casas está ocupada.
Más allá de esto, el histórico barrio necesita refacciones, muchas de ellas por problemas que se advierten a simple vista.
El concejal Matías Italiano (Compromiso Bahía) preten- de que el Ejecutivo municipal disponga en 2018 una partida presupuestaria para comenzar a reparar y recuperar las viviendas del sector, sobre calle Brickman, entre Donado y Colón.
Considerado el bien arquitectónico más relevante de la ciudad, cada año el conjunto se encuentra en peor estado.
La construcción del barrio comenzó hace 111 años (1906), con la excavación de los cimientos de estos bloques de dos plantas, sobre una calle que por entonces ni siquiera tenía nombre.
Cada departamento fue presentado por William Harding Green, gerente del ferrocarril Buenos Aires al Pacífico, como "chalet", y los 13 como "un conjunto de palacetes" destinados a los trabajadores de su empresa.
Si bien los primeros planos marcaban que cada edificio contendría dos departamentos apareados --tipo dúplex-con cocina y comedor en planta baja y tres dormitorios en planta alta, finalmente el proyecto se resolvió con dos unidades por planta, cuatro por bloque.
El último intento de recuperación del conjunto data de 2013, cuando la Mesa Coordinadora de Colegios y Consejos Profesionales del Sudoeste Bonaerense asumió el compromiso de elaborar un diagnóstico integral. Uno de los pocos aportes fue un informe describiendo el estado edilicio de cubiertas y chimeneas, calificado de "peligroso, con posibilidad de desprendimiento de mampostería".
Ahí quedó todo. El barrio sigue mostrando su deterioro. Y espera respuestas.