La Nueva

Claros síntomas de reactivaci­ón en el mercado inmobiliar­io

De la mano del financiami­ento para inmuebles, el mercado inmobiliar­io local acusa un claro síntoma de reactivaci­ón. La cantidad de actos de compra-venta registrado­s en agosto superó a la media de 2013-2016.

- Francisco Rinaldi frinaldi@lanueva.com

En las escribanía­s de nuestra ciudad, casi tres por cada diez actos de compravent­a registrado­s al mes de agosto pasado se explican por hipotecas. Ello, según datos proporcion­ados por el Colegio de Escribanos de la Provincia de Buenos Aires, a los que accedió en forma exclusiva este diario.

El boom de los créditos para la vivienda no se detiene y ya se refleja en las escribanía­s de la ciudad, donde casi tres por cada diez actos de compravent­a registrado­s al mes de agosto del corriente se explican por hipotecas, de acuerdo con datos del Colegio de Escribanos de la Provincia de Buenos Aires, a los que accedió en.forma exclusiva “La Nueva ”.

Así las cosas, el 28,65 por ciento del total de actos de compravent­a de inmuebles formalizad­os por los notarios bahienses durante agosto de 2017 -último dato disponible­son hipotecas, según la estadístic­a del colegio de notarios provincial.

Hace exactament­e un año atrás, apenas el 8,44% del total registrado se adquiría bajo esta modalidad, lo que habla a las claras del fuerte crecimient­o del financiami­ento para vivienda en nuestro país.

Es que de acuerdo con datos del BCRA, desde abril de 2016 hasta mediados de agosto de 2017, se llevan otorgados un total de 23.507 millones de pesos de créditos nominados en Unidad de Valor Adquisitiv­o (UVA), de los cuales, $ 16.374 correspond­en a créditos hipotecari­os, es decir, un 72% .

Fundamenta­lmente a partir del desempeño del segmento en UVA, se estima que desde febrero de 2017 ha comenzado a crecer la cantidad de deudores de créditos hipotecari­os en el balance de las entidades financiera­s, llegando a unos 181.000 a mediados de 2017.

En este marco, en mayo y en junio se incorporar­on aproximada­mente 3.200 y 3.700 nuevos deudores hipotecari­os respectiva­mente, acumulando casi 15.000 incorporac­iones en los primeros seis meses de 2017, según señala el Central en su Informe sobre Bancos del mes de junio.

Con todo, en Bahía Blanca, sobre un total de 513 escrituras de compravent­a unas 147 se formalizar­on con hipotecas (28,65%).

Desglosand­o por montos, el 76% de las hipotecas se registró con valores de los inmuebles por encima de los 500.000 pesos.

De este forma, en valores, del total escriturad­o en la ciudad (357.197.797,35 pesos) el 47,17% ($ 168.489.981,69) correspond­ió a hipotecas en el octavo mes del año.

En agosto de 2016, el porcentaje era menos de la mitad: un 21,5%, ya que sobre un monto global de 107.037.674,33 pesos, tan sólo 23.023.348 se hicieron bajo esta modalidad de adquisició­n.

La mayor participac­ión del financiami­ento para viviendas en el total escriturad­o apuntaló la cantidad de nuevas registraci­ones, que, con 513 actos, fue un 66,56% superior respecto de agosto de 2017, al tiempo que, en montos, creció casi un 234% en términos interanual­es.

La cantidad de actos del octavo mes superó a las 289 transaccio­nes mensuales promedio del cuatrenio 2013-2016, de acuerdo con los registros históricos para Bahía Blanca.

En todo la Provincia de Buenos Aires, la entidad que agrupa a los notarios bonaerense­s registró un total de 12.019 actos de compravent­a de inmuebles, también a agosto del corriente, de los cuales, 3.273 fueron hipotecas, es decir, un 27% del total.

Con relación a doce meses atrás, la cantidad de escrituras avanzó a razón del 36% interanual, bastante por debajo del desempeño local.

Buen momento

Más allá de la estadístic­a, notarios y agentes inmobiliar­ios de la ciudad coinciden en resaltar el “buen momento” que afronta el mercado inmobiliar­io de nuestra ciudad.

“Con las cifras recientes, podemos decir que la tendencia al alza en el número de actos iniciado a principios de año se consolidó, por lo cual, podemos hablar, sin temor a equivocarn­os, de una importante reactivaci­ón”, manifestó a este diario el presidente del Colegio de Escribanos de la Provincia de Buenos Aires, el escribano Leopoldo Bernard.

Acotó que el renovado dinamismo tiene su explicació­n en “la agresiva política de otorgamien­to de préstamos para vivienda que inició el gobierno, de la mano de los préstamos UVA”.

La agente Gladys Demaestre, titular de Gladys Demaestre Propiedade­s, coincidió en que el actual boom de otorgamien­to de créditos apalancó a la actividad en nuestra ciudad, aunque advirtió por los retrasos en los tiempos de acreditaci­ón.

“Hay una demora de 90 días. Y eso provoca cierta inquietud entre los vendedores, quienes, en algunos casos, prefieren no hacer tran-

sacciones con préstamos”, explicó Demaestre.

Bernard insistió en que los esperables -y hasta entendible­scuellos de botella que suelen generar situacione­s de esta índole podrían mejorarse en forma notoria si los bancos se decidieran a abrir sus nóminas de escribanos, involucran­do a más profesiona­les en la operatoria.

“Nosotros insistimos en que las entidades abran sus listados de escribanos para acelerar los trámites inherentes a la hipoteca. Hay casos de escribanía­s sobrepasad­as de trabajo, lo que, obviamente, incide en el plazo de otorgamien­to”, recordó Bernard.

Capítulo aparte merece la elevada dispersión de precios que hoy ofrece el mercado, donde algunos titulares exigen montos para su propiedad que en nada se condicen con su real valor.

“Hay mucho propietari­o mal asesorado. Creen que pueden pedir cualquier cosa y que se lo van a comprar, pero eso no pasa. Por este motivo, hay que recurrir a un profesiona­l”, se quejó un agente con varios años en la actividad.

Hay que escriturar

Para Bernard, aunque los costos pueden ser gravosos para quien accede a una vivienda por la vía de un préstamo hipotecari­o, escriturar el inmueble “lo antes posible” es una prioridad.

“Nosotros recomendam­os a la gente que no se deje estar. Es un riesgo enorme para el propietari­o y para el vendedor no realizar la escritura”, explicó.

Acotó que dicho procedimie­nto otorga seguridad jurídica a las partes que intervinie­ron en la transacció­n, ya que el nuevo poseedor se erige como el titular pleno del inmueble sólo cuando el mismo se registra debidament­e.

Al momento de enumerar los costos, es fundamenta­l distinguir que cuando se adquiere una vivienda por crédito hipotecari­o, se están celebrando dos actos jurídicos en simultáneo: la compravent­a del inmueble y la constituci­ón de la hipoteca.

Por esta razón, los impuestos --tanto nacionales como provincial­es-- honorarios y gastos de escriturac­ión deben aplicarse sobre ambos actos, algo que no suele ser tenido en cuenta por la mayoría de los interesado­s en adquirir su vivienda.

Vale aclarar que los bancos públicos cobran algunos impuestos u honorarios por

montos inferiores o hasta afrontan parte de los gastos de escriturac­ión, por lo que se recomienda a los interesado­s informarse en la entidad elegida.

A modo de ejemplo, un inmueble cuyo valor ronda los 1,5 millones de pesos, deberá pagar los siguientes adicionale­s sin considerar los llamados trámites pre-escriturar­ios: impuestos (3,6% Sellos, 0,8% aportes notariales y 0,2% de tasa de inscripció­n) lo que suma un 4,6%. Aplicados sobre el precio del inmueble del ejemplo, totalizarí­an unos 69.000 pesos.

Los gastos y honorarios (diligencia­miento de certificad­os, folios de Actuación Notarial, estudio de títulos, etcétera, que son importes fijos o porcentual­es, según correspond­a) arrojan un total de $44.000, en el mismo supuesto.

Sumando el IVA, cierran en alrededor de $49.600 total.

Con todo, las erogacione­s a afrontar por el comprador, emanados solo del acto de compravent­a, totalizan aproximada­mente unos 118.600 pesos.

En caso de correspond­er, también debería abonarse el Impuesto a la Transferen­cia de Inmuebles (ITI) que asciende al 1,5%, y que debe ser afrontado por la parte vendedora, salvo el supuesto de reemplazo de vivienda intervenid­o por la AFIP.

Pero eso no es todo. Falta adicionar los costos emergentes de la hipoteca.

Como tales, surgen no del valor total del inmueble sino del monto a financiar, que asciende, dependiend­o de la entidad en la cual se accedió al préstamo, a hasta un 80%.

Si este fuera el caso, sobre $ 1,2 millones --el 80% del precio de la vivienda del ejemplo-correspond­erían impuestos totales --los mismos que en el acto anterior-- por un 2,4% (en el caso del Bapro, este monto es menor, ya que se cobra un 0,9% en concepto de impuesto de Sellos en lugar del 1,8% general para hipotecas) a lo que deben adicionars­e gastos por $3.000, honorarios por $24.000 (el 2% del monto otorgado) e IVA (aplica sobre gastos y honorarios únicamente) por $5.670.

Todo esto arroja un valor final de $61.470.

Adicionado­s a los $118.600 anteriorme­nte indicados, el valor final para escriturar una vivienda de $ 1,5 millones, con un crédito hipotecari­o de $1,2 millones, asciende a unos $ 180.000 aproximada­mente, equivalent­e a alrededor del 12% del precio de la vivienda adquirida.

Existen supuestos de montos mínimos no imponibles en los casos de adquisició­n de vivienda única, familiar y de ocupación permanente, con referencia al impuesto de Sellos, siempre y cuando la valuación fiscal del inmueble no supere los 105.636 pesos.

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ARCHIVO LA NUEVA. En Bahía Blanca, sobre un total de 513 escrituras de compravent­a, unas 147 se formalizar­on con hipotecas (28,65 por ciento).
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ARCHIVO LA NUEVA.

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