Cifarelli: “Mirar al mercado de exportación es una obligación”
que el mundo necesita. Tenemos mucha expectativa y ya comprometieron su participación empresas que no sólo fabrican harina, sino también aceite, fideos, pastas, galletas o gluten”.
Lo aseguró Diego Cifarelli, presidente de la Federación Argentina de la Industria Molinera (FAIM), en la antesala de la exposición B2B de alimentos, bebidas y tendencias, que se llevará a cabo del 8 al 10 venideros en Tecnópolis, en Buenos Aires, con la llegada de los 350 compradores internacionales, quienes ya comprometieron su presencia para la primera edi- ción de la exposición.
“Somos un sector conformado por casi 200 empresas que están en condiciones de producir lo que consumen dos argentinas y media”, agregó.
“Por eso mirar al mercado de exportación es una obligación para nosotros”, indicó Cifarelli, quien está a cargo de una asociación empresaria que reúne a los molinos de trigo del país.
Luego de haber estado marginado del comercio internacional por un largo tiempo debido al cierre de las exportaciones de harina, el volumen de ventas hacia afuera del país ha crecido un 35% en el último año y la meta, en el corto plazo, es convertirse en el segundo exportador de harina de trigo del mundo, detrás de Turquía, que lidera el rubro.
Hasta ahora, la producción argentina de derivados de trigo tiene como destino principal los países limítrofes y de la región. Pero, actualmente, desde la FAIM han intensificado las negociaciones para recuperar otros mercados que tenían a la Argentina como un referente.
“Ellos ya nos conocen y saben lo que significa nuestra mercadería. Estamos trabajando junto al Estado para poder ser un poco más competitivos y acceder a nuevos países. Por ejemplo, en las próximas semanas estamos viajando a Nigeria y Egipto”, aseguró Cifarelli.
Con un mercado consolidado en muy poco tiempo, con cifras de casi 12 millones de toneladas de trigo y un millón de toneladas de harina de trigo exportadas en el corriente año, el próximo gran desafío para el sector es sumar valor agregado a sus producciones.
“Este año seguramente estaremos dando los primeros pasos en ese sentido, con todas las industrias de segunda industrialización”, aseveró Cifarelli.
También dijo que esta tarea siempre conlleva mucho más esfuerzo por las políticas de protección que ejercen muchos países sobre sus industrias.
Las empresas que participan de la Federación Argentina de la Industria Molinera no solo fabrican harina de trigo, sino que la mayoría suma valor y está integrada en otras industrializaciones, como la elaboración de pan artesanal, pan de molde, envasado y congelado, pastas frescas, pastas secas, pastelería, galletitas fraccionadas en envases para consumo hogareño y otros productos alimenticios.
“No existe alacena en el mundo que no tenga un producto de base farinácea. Por eso tenemos un enorme potencial y estamos muy entusiasmados de poder participar de la exposición”, expresó Cifarelli.
“Estamos convencidos de que podemos ser el supermercado del mundo y queremos formar parte de una exposición que muestre toda la capacidad que tiene nuestro país para alimentarlo”, dijo.