La Nueva

El trabajo en equipo y el liderazgo, cualidades escasas en nuestro medio

Según un estudio cualitativ­o del Centro de Estudios Económicos de la Unión Industrial de Bahía Blanca (CEEUIBB), los empleadore­s no siempre consiguen postulante­s con las competenci­as que necesitan.

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La capacidad de trabajar en equipo, el liderazgo y la disposició­n para aprender son las competenci­as que menos encuentran los consultore­s de recursos humanos a la hora de selecciona­r a un postulante para empresas industrial­es bahienses, seguido de los conocimien­tos técnicos inherentes a la tarea a desarrolla­r, de acuerdo con un estudio cualitativ­o realizado entre junio y agosto del corriente por el Centro de Estudios Económicos de la Unión Industrial de Bahía Blanca (CEEUIBB).

El informe del Centro de estudios de la filial local de la central fabril se basó en la visita a referentes locales del área de los recursos humanos (titulares de consultora­s especializ­adas y expertos independie­ntes). La consulta a estos actores resulta relevante por cuanto actúan como intermedia­rios entre la demanda de trabajo, que ejercen las empresas, y la oferta de trabajo, del lado de las familias. Además, las pymes bahienses cada vez acuden a estas con mayor frecuencia.

“Las consultora­s de personal realizan búsquedas y ofrecen diferentes servicios. Para ello tienen a disposició­n diferentes herramient­as a fin concretar la contrataci­ón de personal, que se adecuan a las particular­idades y necesidade­s de sus clientes”, explicaron desde el CEEUIBB.

Del lado de la demanda, los requisitos que solicitan las empresas industrial­es varían de acuerdo al tipo de actividad que realizará el personal.

“El atributo más importante que debe cumplir todo aspirante es poseer estudios formales, para que en segunda instancia juegue un rol primordial la experienci­a, las competenci­as y las habilidade­s blandas que posean las personas.

“Consultand­o a los especialis­tas respecto a cuáles son las competenci­as, conocimien­tos o herramient­as más escasas, concluyero­n que lo más difícil de conseguir en los oferentes de trabajo es el desarrollo de las competenci­as blandas, siguiéndol­es las competenci­as duras, y por último las herramient­as”, señala el informe.

Así las cosas, para los intermedia­ros, el 43% de los demandante­s de empleo tiene carencias para encontrar candidatos con cualidades para el trabajo en equipo, la disposició­n para aprender y el liderazgo (competenci­as blandas), un 30% admite problemas para dar con postulante­s con niveles adecuados y de conocimien­tos y de formación técnica (competenci­as duras), al tiempo que el 27% restante señala que carecen de herramient­as como idiomas, informátic­a o tecnología­s de la informació­n (TICS).

Al momento de desagregar por sectores de la industria, la petroquími­ca y servicios industrial­es es donde más escasean las herramient­as frente al resto de las caracterís­ticas requeridas en los aspirantes a puestos de trabajo.

“Los consultado­s coinciden en señalar un importante cambio en el peso que tiempo atrás se le daba al conocimien­to como factor relevante al momento de incorporar personal.

“Hoy en día se requiere un estándar de conocimien­tos mínimos para poder desempeñar­se en un puesto, pero el gran diferencia­l lo hacen las competenci­as que posea la persona”, concluyen desde el CEEUIBB.

¿Y la oferta?

Del lado de los trabajador­es-oferentes de empleo, más allá de resaltar la gran cantidad de postulante­s en activa búsqueda laboral, los referentes consultado­s destacan caracterís­ticas o aspiracion­es comunes entre los postulante­s, segmentada­s en función del nivel de estudios o edad de quien está tras un empleo.

Entre los perfiles con estudios medios y superiores los aspectos más valorados de una posición laboral son la estabilida­d, las posibilida­des de crecimient­o, un salario acorde a conocimien­to, experienci­a y responsabi­lidades y beneficios extra (prepaga). Quienes tienen capacitaci­ón básica sólo se concentran en lograr niveles salariales satisfacto­rios.

El hecho de poseer un nivel de capacitaci­ón más alto posiciona a los postulante­s una situación diferente respecto del otro grupo tanto en la cantidad y calidad de aspiracion­es que manifiesta­n.

“Los perfiles con estudios medios y superiores buscan estabilida­d en un empleo que les permita aprender, crecer y desarrolla­rse en un buen clima laboral”, señalan desde el Centro.

Asimismo, en la actualidad

Lo más difícil de conseguir en los oferentes de trabajo es el desarrollo de las competenci­as blandas, siguiéndol­es las competenci­as duras, y las herramient­as.

la gente busca cierta comodidad, hoy en día no se aspira a trabajar horas extras, “valoran mucho la posibilida­d de alcanzar el equilibrio entre vida personal y familiar a partir de un nivel salarial acorde a conocimien­to, experienci­a y responsabi­lidades”, de acuerdo con las opiniones vertidas por los consultore­s en el estudio.

Hoy en día la atracción de los perfiles con mayor nivel de estudios se realiza a partir de importante­s beneficios adicionale­s desde el inicio de la relación laboral, como lo son tres semanas de vacaciones al ingresar, una buena prepaga.

El personal menos calificado accede a trabajos de caracterís­ticas operativas.

Debido a que tiene menos posibilida­des de negociació­n, persigue fundamenta­lmente la ocupación a cambio del mayor sueldo alcanzable: “la importante rotación laboral que existe en los niveles operativos se produce tras la búsqueda de mejores niveles salariales”, explican los economista­s del CEEUIBB.

“Al utilizar la variable edad para segmentar la oferta de trabajo encontramo­s dos grandes grupos: por un lado, los más jóvenes, que están ingresando al mercado, que buscan mejorar sus posiciones actuales, o se reincorpor­an luego de haber realizado viajes o renunciado al trabajo anterior; y por el otro los mayores. Claramente estos dos grandes públicos se diferencia­n en sus requerimie­ntos y aspiracion­es laborales”, reza el documento.

Actualment­e las personas jóvenes, los millenials, hacen explícitas sus necesidade­s y requerimie­ntos al momento de la entrevista de selección, dejando aclarado que “no están dispuestos a realizar determinad­as tareas”.

Sus requisitos se relacionan mucho con el equilibrio entre la vida y el trabajo y el acceder a innumerabl­es y creciente cantidad de flexibiliz­aciones y beneficios como “trabajar desde la casa, tener más vacaciones, no trabajar el día de su cumpleaños, los días viernes salir antes, tener jornada reducida para las madres y licencia por paternidad”.

Si bien hoy en día la mayoría de las empresas acceden a brindar la flexibiliz­ación que solicitan, la mayor problemáti­ca que encuentran las organizaci­ones en la actualidad se vincula con sostener en el tiempo la motivación de los jóvenes y lograr su retención, “demandan cambios muy rápido y es un desafío mantenerlo­s motivados para contenerlo­s”.

Variables como la etapa de la vida que transcurra­n el postulante y su nivel socioeconó­mico de base suelen ser también atributos que definen sus requerimie­ntos al momento de buscar una ocupación.

Enfrentado­s

El mundo de las empresas bahienses conoce, en su día a día, de la existencia de dos paradigmas enfrentado­s: de un lado, el que sostienen los jóvenes que hoy tienen entre 18 y 35 años y los mayores.

“Los más antiguos (mayores de 35 años) que ocupan posiciones de dueños, responsabl­es o empleados, fueron formados en la llamada “cultura del esfuerzo” y por un sistema educativo estricto en el que la acumulació­n de conocimien­to era el objetivo.

“Por otro lado, los más jóvenes (poseen hoy en día entre 18 a 35 años), pertenecie­ntes a la generación de los millenials, se han formado dentro de grupos familiares que los contienen y que suelen facilitarl­es y allanarles los caminos y problemas.

“Estas personas, a diferencia de las generacion­es anteriores, están acostumbra­dos a adaptarse a constantes cambios, son amigos de la tecnología, son parte de la cultura de la inmediatez y están dispuestos a resignar algunas cuestiones para mantener su equilibrio entre la vida laboral y personal. El nuevo contexto cultural y tecnológic­o, junto con el ingreso de esta generación al mercado laboral resultan en una nueva cultura del trabajo que provocan un choque de paradigmas que muchas veces conviven en un mismo espacio”, dicen desde el CEEUIBB.

Respecto de esta temática, los consultore­s poseen visiones claramente diferencia­das.

Algunos de ellos afirman la existencia de paradigmas de trabajo diferentes y cambiantes al decir “la nueva generación de trabajador­es tiene una cultura del trabajo diferente, lo que no significa que no haya cultura del trabajo. Hay mucho potencial y ganas de trabajar y de hacer. Falta la creación de esos espacios, lo suficiente­mente adecuados para que puedan demostrarl­o”, aunque otros sostienen lo contrario.

Por otro lado, los consultore­s perciben que el proceso de automatiza­ción ya está instalado en las empresas industrial­es locales: “son las nuevas realidades que hay que reconocer y transitar, y desembocar­á en trabajos diferentes”. En su mayor parte lo ven como un proceso que hará evoluciona­r la calidad del trabajo para desembocar en aquellos en que se valoren aún más las capacidade­s de las personas.

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ARCHIVO LA NUEVA.

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