El caso Chocobar
dicha escuela es el doctor Zaffaroni, miembro de la Corte Internacional de Derechos Humanos que, no hace mucho, alentó la destitución del Ing. Macri.
Mientras actuó en el país, Zaffaroni no dejó disparate por hacer. Recuerdo, entre otros, el caso de un hombre que robó un automóvil debidamente estacionado junto al cordón de la vereda. Zaffaroni entendió que un coche en esas condiciones está abandonado, pasando así a ser “res nullius”, y puso en libertad al ladrón.
Gracias a la intervención de los jueces garantistas han proliferado los casos de la llamada puerta giratoria, es decir de aquellos en que los delincuentes entran por una puerta de las comisarías y salen por la otra. Y también deriva del garantismo denominar la actuación policial como de gatillo fácil.
El resultado de esta suma de circunstancias es que en la Argentina se viva un clima de inseguridad como no se ha conocido nunca.
Rindo por lo tanto homenaje a las fuerzas del orden que, contra viento y marea, a despecho de los jueces garantistas y de ciertos medios de información que se inclinan por los delincuentes en detrimento de la policía, persisten en su lucha contra el crimen
Y, con la intención de expresar gráficamente ese homenaje, señalo que siempre me ha llenado de admiración leer en el diario que un policía, fuera de servicio, al presenciar un delito, interviene sin que nadie lo llame, jugándose la vida, cuando le resultaría muy fácil hacerse el distraído sin que se advierta su pasividad.