Argentina sufrió un golpe de realidad y cedió su condición de invicto
La Selección pagó su irregularidad y cayó con Uruguay por 88 a 83. El lunes jugará ante Paraguay desde las 21.
La ciudad del cemento vivó una noche de euforia y desazón deportiva, al cobijar la primera derrota de la selección argentina en las eliminatorias camino al Mundial de China 2019.
Olavarría vibró el ritmo de Redivo, Brussino y Scola, aunque los dirigidos por Sergio Hernández cedieron ante Uruguay por 88 a 83 en la tercera fecha de las ventanas FIBA.
Así, la albiceleste llegará golpeada al duelo de pasado mañana ante Paraguay, nuevamente en el Parque Carlos Guerrero, desde las 21.
Recién cuando apareció Redivo (dos triples), Argentituvo na se puso en juego (11-4). Más tarde, Brussino le dio un salto de calidad con dos volcadas estilo NBA que disimularon falencias defensivas, sobre todo en el balance. Así y todo, atrás alcanzó con los tiros corregidos por ScolaDelía. No obstante, el equipo de Sergio Hernández sufrió con el recambio de internos (ingresaron Mainoldi y Saiz, contra Calfani y Passos).
Más aún, Barrera, que esEstrella en duda (ver aparte), entró acertado (3-3 en cancha en 8m29 del 2C) y mostró jerarquía con un triple en movimiento.
La relación asistencia s pérdidas en la albiceleste fue un anticipo de lo que iba a ocurrir tras el descanso largo.
Argentina pasó de 6 y 2 en el 1 Ca 2 y 6 en el 2 C, segmento que cedió 20 a 15.
La cara de preocupación de Oveja se acentuó en el amanecer del 3C, cuando Parodi y Fitipaldo dominaron el juego.
Uruguay no solo se plantó de igual a igual en la cancha, sino que tradujo en el tablero su mejor versión: 44-44 a 8m15 y 46-53 al frente, a 5m43 del 3C, cuando Hernández interrumpió el juego.
La irregularidad fue una constante de ahí en más, en gran parte, basada en la exasperante baja confianza de Laprovittola.
Como primera medida para encarrilar el juego, emergió Scola. A partir de ahí, la Selección no perdió los estribos pese a que no tuvo juego. Y Lucio –así, sólo con nombre de pila- eyectó a la gente conectando su tercera bomba para arrancar el 4C al frente (62-61).
Sin embargo, a esa altura Uruguay comenzó a creer que una victoria era posible.
Entonces, cada gol de Batista fue un duro golpe que la Selección sintió y haber llegado en desventaja al cierre le quitó toda chance, forzando ofensivas y atinando a cortar con falta ante algunos silbatos dudosos.
Será tiempo de poner paños fríos y pensar.