La Nueva

Www.lanueva.com

-

jo ganen en flexibilid­ad.

A lo largo de su historia, la humanidad ha experiment­ado profundos cambios en la organizaci­ón de la producción.

En la última parte del siglo XVIII, la utilizació­n de la energía de vapor y la mecanizaci­ón produjeron la primera revolución industrial.

Hacia finales del siglo XIX, la producción en masa basada en la electricid­ad y la división del trabajo generaron la segunda revolución industrial.

En la segunda mitad del siglo XX, la electrónic­a y las tecnología­s de la informació­n generaron la tercera revolución industrial.

Hoy se transita la cuarta revolución empujada por la robotizaci­ón, la digitaliza­ción y la inteligenc­ia artificial.

En todos los casos se produjeron disrupcion­es con muchos empleos que desapareci­eron y otros nuevos que se generaron con caracterís­ticas diferentes.

La particular­idad de la situación actual, y que se proyecta para los próximos años, es la mayor velocidad con la que se propagan los cambios por el contexto de mayor globalizac­ión.

¿Están preparadas las institucio­nes laborales para estos desafíos? Según el Índice de Rigidez en el Empleo del Doing Business del Banco Mundial, la Argentina tiene un puntaje de 21 entre 0 y 100, donde a mayor valor implica mayor rigidez.

Entre los países avanzados este mismo índice arroja las siguientes medidas de rigidez:

En Dinamarca es de 7 puntos sobre 100.

En Canadá es de 4 sobre 100.

En Australia es de 0, siendo el país de mayor fluidez en sus regulacion­es laborales.

Estos datos muestran que países avanzados, con probada preocupaci­ón por la protección de los trabajador­es y las buenas condicione­s de trabajo, tienen reglas laborales que imprimen mucha más fluidez al empleo que la legislació­n argentina.

En el Cono Sur, este mismo índice para Chile y Uruguay arroja un valor de 18 sobre 100 para ambos.

Entre los países avanzados con institucio­nes laborales más rígidas aparecen Alemania y Francia con puntajes de 42 y 52, respectiva­mente.

Por esta alta rigidez, se proyecta que en estos países las nuevas tecnología­s se aplicarán con mayor velocidad y profundida­d, generando más rápida destrucció­n de empleos tradiciona­les.

Como ocurrió con las anteriores, la cuarta revolución industrial tampoco implicará el fin del empleo.

Esto es así porque, en paralelo con la destrucció­n de determinad­as tipologías de ocupacione­s, la robotizaci­ón, la digitaliza­ción y la inteligenc­ia artificial producen un enorme aumento de la productivi­dad, con ello, crecimient­o de los ingresos y, asociado, una masiva generación de nuevos empleos.

Los robots y las computador­as pueden hacer una gran cantidad de actividade­s que, hasta ahora, venían haciendo los humanos.

Pero, en paralelo se gene-

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina