Claves: dedicación, tiempo y práctica
Guillermo Martínez es bahiense, doctor en Matemática con un posgrado en Harvard, y uno de los escritores más leídos de las últimas décadas. Autor de Crímenes imperceptibles, La muerte lenta de Luciana B y Borges y la matemática, menciona "la difícil relación entre los estudiantes y la matemática" y cómo la falta de dedicación "conspira sobre su entendimiento y aprendizaje".
Martínez remarca "una dificultad específica de la matemática, que requiere un lenguaje de fórmulas y ecuaciones que es como una lengua extranjera y abstracta".
La dificultad mayor de los estudiantes es que "perciben las manipulaciones algebraicas y los algoritmos como un mundo distante y penoso, del que con suerte podrán escapar el resto de su vida".
Plantea que parte de las clases deberían estar dedicadas a la historia de las ideas, a las aplicaciones de la matemática en la vida cotidiana.
Agrega que la matemática requiere una apropiación personal por parte del estudiante. "El profesor puede explicar de manera brillante, pero no habrá entendimiento hasta que el alumno no se enfrente a los problemas y encuentre el click en su cerebro para resolver el ejercicio y sus múltiples variantes. Esto requiere muchas horas de concentración".
Considera interesante plantear qué significa para los alumnos "estudiar mucho”.
"La respuesta podría dar una pista para explicar los bajos porcentajes de la UNS. Pensemos en el éxito, casi infalible, de los profesores particulares. ¿Se debe a que explican mejor? ¿O más bien han logrado sentar al alumno durante la cantidad suficiente de tiempo para que practique la suficiente cantidad de ejercicios?".