Alejandro Dietmair, el hombre que se vistió de héroe y salvó una vida
Alejandro “Cacho” Dietmair contó de qué manera reanimó a un peatón atropellado en Brandsen al 300.
“Una pequeña virtud es que no me pongo nervioso. A la gente no la espanto, sino que trato que ayude... El comisario (Gustavo) Maldonado llamó rápidamente a la ambulancia y está muy consternado y entristecido por la situación. Nosotros hicimos todo lo humanamente posible para salvarlo. Es fuerte, porque hay que tomar la decisión de hacer RCP, y gracias a Dios, pudimos salir adelante”.
Alejandro Dietmair venía de las Tres Villas, porque el lunes comienzan las clases en el Instituto Superior de Formación Docente Nº 86 -ubicado en Agustín de Arrieta 1255-, de cuya institución es director.
“Cuando supero el paso a nivel de Brandsen, veo a alguien tirado en el piso; estaciono la camioneta, me bajo veo a Gustavo Maldonado al lado de esa persona”, relata Alejandro, conocido por casi todos como “Cacho”.
La situación se registró en mañana del jueves, a la altura del 336 de esa calle, donde el superintendente de seguridad región Interior Sur atropelló con una camioneta Amarok al peatón Juan Gordillo, de 70 años.
Con la víctima inconsciente, “Cacho” le desató los cordones de los zapatos, le aflojó el cinturón y trató de controlar los signos vitales.
“Le hablaba y lo tocaba y no respondía. En un momento empiezo a darme cuenta de que el pulso era débil y que ya estaba en una situación complicada, entonces tomamos la decisión entre todos de hacer reanimación cardiopulmonar”.
Alejandro tiene 52 años. En 1996 se recibió de profesor de educación física (en Olavarría), poco más de 5 años después obtuvo la licenciatura, aunque desde el '98 ejercía como guardavida (trabajó en Monte Hermoso).
El orgulloso padre de Paz (10) y Thiago (5) asegura que en la emergencia “hicimos un ciclo de poquito más de cien compresiones y empezó a respirar, y a los minutos llegó Defensa Civil y constató que indudablemente hubiera entrado en un paro, pero con la reanimación pudimos lograr que ingresara en la ambulancia con vida. Uno no es médico y no es una situación fácil tener en tus manos la vida o la muerte de una persona”, reconoce.
“Cacho” sostiene que “tula vo la suerte” de poder capacitarse y tener grandes profesores, como Roberto Rodríguez Pardal y Carlos Weckesser, “quien me regaló un muñeco de RCP con el cual yo practico”.
“De todos modos eso es todo muy teórico, porque no pasa nada con el muñeco si lo hacés bien o mal. Pero cuando ahí esta la víctima... Lo importante es que pudimos dar una mano. Siempre digo que estas cosas pasan y tenés que tener la tranquilidad suficiente para tomar la determinación de hacerlo”.
“En un momento creía que se me iba; tuvo un golpe fuerte, un traumatismo de cráneo grande”, aclara.
Juan Gordillo sigue en Terapia Intensiva del Hospital Municipal con pronóstico reservado. Está sedado, con respirador y monitoreo neurológico.