Pobreza: la realidad no se condice con la última medición del Indec
Si bien el instituto anunció que hay 1,9 millones de pobres menos que a fines de 2016, referentes sociales de la zona aseguran que la demanda de asistencia sigue subiendo. Advierten, además, que la situación podría empeorar.
calzado) Dass que no han conseguido trabajo se gasten la indemnización”, advirtió.
La hermana Liliana Moyano, directora del Hogar La Providencia, también de Suárez, coincidió en que se están viendo problemáticas muy difíciles.
“Somos testigos de situaciones límites -confió-. La semana pasada anunciamos la entrega de zapatillas y de entrada se presentaron 160 personas. Algunos hasta se llevaron zapatillas con números distintos, pero igual se las dieron a sus hijos para que al menos pudieran tener un par nuevo”.
Virginia Apphatie, directora de Cáritas Parroquial de Pigüé, dijo que la demanda de ayuda está en alza.
“En los últimos meses se han acercado más familias. Son gente trabajadora, con un ingreso medio, que de golpe se encontraron con que no llegan a fin de mes o no pueden alimentar como corresponde a sus hijos. Esta situación nos ha sorprendido”, confesó.
"Ayer vino una chica que nos contó que llegaba a pagar alquiler y servicios, pero no le quedaba nada para la alimentación básica”, agregó.
En Coronel Pringles -reconocieron varios actores socialesla situación es similar: la demanda de ayuda no decae, sino que aumenta.
“No te digo que hay pobreza extrema, pero sigue viniendo cada vez más gente pidiendo ayuda. Todos los meses se suman 7 u 8 familias, y en este último tiempo te puedo decir que estamos igual o peor. Los nuevos que llegan dicen que no les alcanza el dinero y no hay fuentes laborales”, contó María Fernández, de Cáritas.
Mario Machado, responsable de dos de los comedo- res comunitarios locales -Rinconcito de Acuarela y Acuarelados- dijo que la entidad trabajó siempre con niños, aunque últimamente “se han sumado 3 o 4 familias enteras, o madres con chicos, que piden leche, fideos y alimentos para la semana”.
“Teníamos 25 chicos en cada comedor, pero ahora hay 10 más. La necesidad se nota, se ve. Hay gente que hace 20 cuadras los fines de semana por un plato de comida”, agregó.
Fuentes del área de Acción Social del municipio de Tornquist coincidieron: “en lo que va del año ha aumentado notablemente el número de personas que vienen a solicitar la bolsa de mercadería y el refuerzo”.
“También creció la demanda de ayuda económica para el pago de energía eléctrica y gas, ya sea envasado o natural. Esto se debe, según nos comentan las personas que se acercan a la oficina, a que no cuentan con los recursos suficientes para hacer frente a los precios actuales de la canasta básica”, señaló la fuente consultada.
Ana Schneider, coordinadora del comedor barrial El Parquecito de Tres Arroyos, dijo que “desde 2017 se nota un aumento” de la demanda.
“Empezó a entrar una buena cantidad de madres con sus hijos. Se ve la pobreza, el hambre. Antes teníamos anotadas a 50 personas, y hoy son casi 80”, describió.
“El problema -no duda- es que no hay trabajo. Todas las madres que se acercan son solteras. Antes no venían, pero ahora están al almuerzo y a la merienda”.
Marta Blasetti, coordinadora de los jardines maternales Frutillitas I y II, dijo que la asistencia a madres jóvenes comenzó "hace ya 3 o 4 años".
"No veo un incremento extraordinario (en la demanda), pero tampoco se puede decir que la situación ha mejorado”, agregó.
A los comedores han empezado a llegar familias que piden comida porque, si bien tienen trabajo, les alcanza sólo para pagar el alquiler y los servicios básicos.