Una nueva cita renovada con los ricos y famosos
Recuperó la libertad Ricardo Chiavetta, quien fuera acusado por sus padres de incendiar la vivienda que ocupaban, en Colón al 2400.
“ERA HABITUAL QUE SE AMENAZARAN”
La Justicia absolvió al joven que, en agosto del año pasado, protagonizó un violento episodio en la vivienda de sus padres, ubicada en la avenida Colón 2418, al cabo del cual el inmueble resultó parcialmente incendiado.
Se trata de Ricardo Emanuel Chiavetta, de 29 años, quien al momento del fallo dictado por el juez José Luis Ares estaba detenido en la Unidad Penal Nº 4 de Villa Floresta, en el marco de la causa que se le seguía por los delitos de amenazas agravadas, amenazas y daño reiterado.
El juez entendió que se encontró probado que el 17 de agosto de 2017, siendo aproximadamente las 19, a Jorge Alberto Chiavetta se lo amenazó de muerte, como así también que la autoría del imputado en el hecho estuvo debidamente acreditada.
En su fallo, Ares aclaró que “he sostenido desde antiguo que en esta cuestión no cabe formular reglas fijas, debiéndose en cambio resolver cada caso concreto de acuerdo a sus particularidades y circunstancias. Por ello, no creo que siempre las amenazas proferidas al calor de una discusión deban ser atípicas sino que es necesario atender a las circunstancias y peculiaridades de cada caso”.
Al dictar su veredicto el juez consideró que “debe tenerse presente el contexto en que se encontraban los protagonistas; una tensa situación familiar dado un grave incidente de abuso” intrafamiliar expuesto en sus dichos por María Elena Álvarez, madre del imputado, “y el importante problema de adicción a los estupefacien- tes del encausado y que ambos progenitores del acusado admitieron”.
“Mi hijo quería ingresar al domicilio con una moto ro- bada. Desde que salió del penal se dedica a eso; no trabaja. Se droga, roba”, había denunciado públicamente el hombre luego del hecho.
En su fallo, Ares sostuvo que “al margen de que el procesado muy probablemente estaba con algún grado de intoxicación, debo destacar que el origen ilícito de la moto no se acreditó, y que era algo habitual que padre e hijo se amenazaran mutuaA mente, sin que el primero le hiciera caso a esos dichos, sabiendo que la conducta era producto de la droga”.
“Bravuconada irreflexiva”
Para el juez, “en ese contexto, y en la situación anímica de su autor, esos dichos fueron una bravuconada irreflexiva, un exabrupto, tuvieron un sentido de desahogo más que de entidad intimidante, en el marco de un acalorado altercado verbal con su padre, quien le recriminaba por el supuesto origen ilícito de la motocicleta que llevó”.
En consecuencia, entendió que la conducta del imputado en el caso juzgado no resulta típica de amenazas.
En ese sentido se había manifestado el defensor oficial Germán Kiefl, quien había solicitado la absolución de su asistido por entender que se trataba de una discusión y una forma de tratarse en la familia y que la conducta del joven no resultó típica de amenazas.
su turno, el fiscal Sebastián Foglia solicitó que se le imponga a Chiavetta la pena de un año y tres meses de prisión de cumplimiento efectivo, y la pena única de dos años y diez meses de prisión de efectivo cumplimiento, al pretenden computar como agravantes las condenas anteriores que registraba el causante.
Seguirá preso un violento
Se estaba peleando en la vía pública, a la salida de un boliche. Cuando llegó la policía se resistió, les arrojó patadas y golpes, dañó el patrullero y escupió a los uniformados una vez que estaba arriba del móvil.
No conforme con esa resistencia, cuando lo trasladaban, amenazó de muerte a uno de los agentes: "a vos rusito, cuando salga de acá, te voy a buscar y cuando te encuentre te vas a querer matar, te voy a buscar con el fierro y te voy a matar, te voy a matar hijo de puta, te voy a limpiar como un perro".
El incidente lo protagonizó, hace casi un año, José Luis Miguel Ojeda, quien en la actualidad se encuentra preso y pretendía obtener salidas transitorias o libertad asistida (mediante el uso de tobillera electrónica), pero los magistrados de la Cámara de Apelación y Garantías en lo Penal de esta ciudad le negaron esos beneficios.
“Mi hijo quería ingresar en el domicilio con una moto robada. Desde que salió del penal se dedica a eso; no trabaja. Se droga, roba”, dijo Jorge Alberto Chiavetta.