“Me hago cargo de lo que hice, pero no le pegué una piña”
Agustín Trotta dio la cara y se refirió a la jugada polémica que desnaturalizó el cotejo entre Tiro y Rosario.
“Si, le pego, y me hago cargo de lo que hice. Pero no fue una piña, como me decía uno de los líneas (en referencia al asistente Nº 1 Blas Torres). Levanté el codo para cubrirme y terminé golpeando a Lefiñir. Si tengo que pedir perdón, lo hago, no tengo problemas”.
Cualquier otro jugador, tal vez, hubiese preferido no hablar o esconderse detrás de pretextos o excusas, pero Agustín Trotta dio la cara y contó como fue la acción que lo tuvo como protagonista exclusivo y que desnaturalizó casi por completo el interesante encuentro que, hasta ahí, cuando iban apenas 16 minutos del primer tiempo, estaban sosteniendo Tiro Federal y Rosario.
El trámite era vertiginoso y ambos elencos eran pro- fundos y peligrosos, aunque la determinación que tomó el 9 del conjunto francés le subió de golpe la temperatura a un partido que tuvo una etapa para cada uno, y que el aurivioleta terminó ganando por el desgaste que le produjo al rival jugando con un hombre de más durante poco más de media hora.
En un despeje largo de la defensa tirense, Trotta miró de reojo a Lefiñir y, cuando la pelota estaba lejos, le aplicó un codazo con su brazo izquierdo que tumbó al 5 local. El árbitro Alfredo Troche y el asistente 2, Mario Iglesias, ni se percataron de semejante agresión.
El balón terminó en un la- teral, y el cuarto árbitro, Antonella Tacchetti, actuó tal cual lo establece el reglamento. En ese momento le pidió al asistente 1 que llame al juez principal y le informó sobre el golpe que percibió.
Troche, correctamente, expulsó a Trotta, pero no reanudó el juego con tiro libre directo a favor de Tiro (se hizo el lateral en el lugar que se fue la pelota) donde se produjo la agresión, tal como establece la regla 12 por conducta violenta.
“Fue una jugada común de partido, pero reconozco que fui bien expulsado. Lo que me molesta es que digan que fue un golpe de puño, nada que ver, y que lo haya visto Tacchetti desde 60 metros y no el línea que estaba a 10”, reconoció el 9 del tricolor, ya más frío, en la puerta del vestuario visitante.
“Es más, Lefiñir le dijo a Blas Torres que no había pasado nada, que mi expulsión era exagerada”, admitió Agustín.
A partir de ahí, el dueño de casa trituró a su adversario con envíos largos y la rapidez de sus delanteros. Y con dos goles en dos minutos.
En el segundo período, Troche no expulsó a Damián Fernández (con amarilla “atendió” mal de atrás a Novoa con una tijera) y el termómetro del cotejo quedó al rojo vivo cuando el referí cobró penal de Brunelli en un centro de Mesa. El 2, dentro del área, fue a despejar de cabeza, pero Martorano le punteó el esférico antes de que el central rechace con su parietal derecho. La bola, que desvió el futbolista de Rosario, pegó en el brazo extendido del defensor en forma inmediata e involuntaria.
El castigo de Troche fue doble: penal que no era y segunda amarilla (y consiguiente roja) para el zaguero del Polígono.
Antes de eso, el colegiado permitió que Maxi Rodríguez se vaya de boca y empuje a éste, a aquél y a todos en el tumulto anterior a la expulsión de Trotta. También les perdonó la vida a Martorano y David López por juego brusco grave --merecedores de amarillas-- estando ambos ya amonestados.
Otra: Troche, a los 8 minutos de iniciado el cotejo, interrumpió el juego para que Tiro cambie de casaca (se puso la tradicional amarilla y violeta a rayas verticales) porque los dos habían entrado de blanco. Eso hay que verlo antes, ¡por favor!