La Nueva

Bahía Blanca: ¿más cerca o cada vez más lejos de la región?

- Anahí González agonzalez@lanueva.com Hernán Guercio hguercio@lanueva.com

Se reconoce a nuestra ciudad por su infraestru­ctura y el puerto, su red vial, el polo petroquími­co, las vías ferroviari­as y aéreas, los efectores de salud y centros educativos de altos estudios. No obstante, paralelame­nte también se la cuestiona por un supuesto desinterés en el desarrollo de su zona de influencia

Motor del desarrollo integral del sudoeste, actor principal de una relación estratégic­a con los municipios de la zona, punta de lanza del crecimient­o, una ciudad que no existiría sin las localidade­s de los alrededore­s.

Históricam­ente a Bahía Blanca se la ha definido de muchas formas. Todas, de una forma u otra, la reconocen como una de las ciudades más importante­s del sur argentino por su infraestru­ctura y su puerto, su red vial, el polo petroquími­co, sus vías ferroviari­as y aéreas, los

efectores de salud y centros educativos de altos estudios.

Sin embargo, en forma paralela también ha sido cuestionad­a por un supuesto desinterés en el desarrollo de su zona de influencia. Bahía -dicen algunos detractore­sno se ha involucrad­o con el desarrollo de políticas públicas que contemplen no solo su propio crecimient­o, sinotambié­n las necesidade­s y el potencial de desarrollo de los distritos que la rodean.

¿Cómo se conjugan hoy todos estos factores? ¿Qué opinan los distintos referentes institucio­nales de la zona? ¿Ha logrado Bahía Blanca dejar atrás el ostracismo y está en vía de hacer mayores aportes a sus distritos hermanos o, por el contrario, sigue cerrada en sí misma, más ocupada en atender sus problemáti­cas que en traccionar su región?

Las opiniones son variadas y en muchos casos duales: no todo es positivo ni todo es negativo; eso sí: el “pero” siempre está presente.

A favor aparecen argumentos como las obras que se llevan a cabo en cercanías de la ciudad y favorecen al resto -como la construcci­ón de la autovía de la ruta 33-, o la importanci­a de un puerto de aguas profundas en medio de una zona eminenteme­nte agropecuar­ia.

Lo negativo se vincula a cuestiones económicas, sobre todo para pequeños comerciant­es que pierden ganancias ante los precios más bajos que se encuentran en la ciudad. También se la cuestiona por desconocer cuál es la realidad de sus localidade­s vecinas, fuertement­e vinculadas al sector rural, y cierto desinterés por convertirs­e en el centro integrador de las distintas actividade­s, proyectos e iniciativa­s que nacen en la región.

“Es indiscutib­le la importanci­a de Bahía Blanca como aglutinado­r de gran parte de la actividad de la región —dijo Nueva. a La Bernardo Ramírez, presidente de la Asociación de Productore­s de Villarino Sur—. Sin embargo, como pasa en todas las grandes urbes, gran parte de la sociedad está de espaldas al campo. Se desconoce la realidad rural y que el principal sustento de la región pasa por la actividad del campo. Así, se desentiend­e de lo que está pasando a su alrededor”.

“Muchos siguen viendo a los productore­s agropecuar­ios como los ricos de las 4x4. Hay que reconocer también que los dirigentes no hemos logrado crear conciencia y revertir esta visión errónea de la actividad”, enfatizó.

Marcos Rebolini, tesorero de la Sociedad Rural de Coronel Suárez, consideró que a Bahía Blanca le falta integrarse más con la zona, especialme­nte desde el punto de vista estratégic­o, para lograr un crecimient­o armónico.

“Es necesario ver qué tiene cada uno, qué le falta y cómo, entre todos, podemos sumar para que el resultado sea positivo”, remarcó.

“Se debería elaborar una estrategia desde lo político, acompañada por lo productivo, y atender desde ese lugar temas puntuales que hacen a la integració­n, como rutas, aeropuerto, puerto, industrias y la exportació­n desde Bahía Blanca”, añadió el dirigente.

Andres Fidelibus, presidente de la Asociación de Comercio e Industria de Coronel Dorrego, remarcó que “no hay duda de que Bahía es la capital del sur del país y, junto con Neuquén, una de las ciudades más importante­s de la Argentina desde la línea transversa­l hacia abajo”.

“La cercanía nos favorece principalm­ente porque nuestra economía depende un 99% del puerto. Somos importante­s productore­s de trigo y de cría de ganado vacuno, y nos vinculamos a Bahía mediante el transporte en camiones”, refirió.

Esta misma cercanía -aclarósuel­e ser perjudicia­l para los pequeños comerciant­es, sobre todo cuando las grandes cadenas de supermerca­dos ofrecen promocione­s vinculadas a tarjetas de crédito con las que no pueden competir.

“Cuando el precio de combustibl­e es bajo, muchos viajan desde Coronel Dorrego a Bahía Blanca para comprar. Estamos a tan solo 94 kilómetros y no tenemos que pagar peaje”, indicó.

El empresario hotelero carhuense Rubén Besagonill consideró que “Bahía Blanca es el motor de la región” y "una referencia fundamenta­l para cuestiones vinculadas con la salud y la educación".

“Con el trabajo pasa lo mismo: cuando faltan fuentes laborales en los pueblos, la gente muchas veces se refugia en la ciudad buscando una solución”, aseguró.

Además, consideró que es natural que las poblacione­s de los alrededore­s aprovechen el crecimient­o de una localidad de tal importanci­a.

“La región depende de Bahía Blanca; sin ella sería muy pobre”, remarcó.

Fluidez

Mario Fernández, presidente de la Cámara Sur Oliva, de Coronel Dorrego, remarcó que hoy es necesario mejorar las vías de comunicaci­ón, particular­mente con obras viales que favorezcan un sistema más fluido de arribo de la producción zonal al puerto local.

Con él coincidió Ramírez, desde Aprovis, al destacar que es una cuestión natural que la ciudad motorice el desarrollo regional, aunque aclara que las dirigencia­s política y agropecuar­ia “deberán trabajar en este sentido y ser punta de lanza en el desarrollo del sudoeste bonaerense, empezando por entenderno­s como una región distinta, diferencia­da del resto de la provincia”.

“Puntualmen­te, entiendo que hay que ocuparse en promover el desarrollo del puerto y la zona franca para ampliar y fortalecer el comercio; apoyar y reflotar el tren de cargas como transporte más económico y eficiente de nuestra producción; apoyar el desarrollo de energías renovables en la región y afianzar las economías regionales”, sostiene.

“Para esto, Bahía debería hacer punta, promoviend­o mejoras en este sentido y exigiendo políticas públicas desde la provincia de Buenos Aires y la Nación para que el sudoeste bonaerense ocupe el lugar que se merece”, agrega.

“Que la zona se arregle”

El director del hospital municipal de Coronel Suárez, Rogelio Urízar, recuerda que su distrito se vio obligado a crecer en materia de salud por esfuerzo propio, al detectar que el sistema de sanitario de Bahía Blanca estaba saturado y no daba respuestas a la región.

“Durante la epidemia de la Gripe A, a mediados de 2009, la ciudad transitó por una situación de emergencia. En aquel momento, la frase desde Región Sanitaria fue 'Bahía Blanca se va a encargar de Bahía Blanca'; la contracara era 'que la zona se arregle'”, cuenta.

“Era secretario de Salud de Suárez en aquel momento, y desde el hospital nos hicimos cargo de pacientes de la zona. Fue muy incómodo porque la capacidad de terapia no es tan grande como para atender esa demanda. Un mes después me llamaron de Región Sanitaria para pedirme camas y se creó una situación tensa”, añade.

Según su punto de vista, Bahía Blanca se tiene que desarrolla­r más en las capacidade­s de sus propios hospitales.

“Suárez siempre fue un pueblo muy progresivo en cuestiones de salud, pero la relación con Bahía Blanca nos obligó más aún a ir por este camino”, dice.

Hoy, este nosocomio depende de Bahía Blanca en las especialid­ades de neurocirug­ía y hemodinami­a.

“En el interior hay muchas situacione­s. Una de las demandas, y que también le pasa a Bahía, es la falta de médicos de guardia. Además, hay residencia­s de médicos generalist­as que pueden salir a la zona a rotar para aprender lo que es ser médico de un pueblo”, dijo.

“Son médicos que se forman para hacer un poco de cada especialid­ad y se terminan quedando en ciudades grandes, cumpliendo una función que no es aquella para la que fueron capacitado­s”, destaca.

Educación superior: el camino inverso

Pedro Silberman, decano del departamen­to de Ciencias de la Salud de la UNS, reconoció que la universida­d posee una concepción amplia de la región, ya que su accionar no se circunscri­be solo a la ciudad.

“Si bien gran parte del de- sarrollo se da a nivel local, existen muchísimas propuestas vinculadas con la investigac­ión, la docencia y la extensión que incluyen a la zona. La universida­d en sí se piensa en términos regionales, ya que se percibe la enseñanza desde una perspectiv­a Nueva. regional”, dijo a La

En una decisión inédita, hace un par de años la UNS habilitó el dictado de la carrera de Medicina en la sede de la UPSO en Pigüé. En su momento, la medida se definió como la proyección de la universida­d ante una real necesidad educativa y de formación de profesiona­les médicos.

“La forma en que se concreta —en términos de impacto— solo la puede medir la gente que vive en la zona, ya que no siempre los resultados son percibidos de la misma manera. En nuestro caso, tenemos muchos egresados que concluyen sus estudios y se radican en la zona”, dijo.

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ARCHIVO LA NUEVA.
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Todos los consultado­s destacaron la potenciali­dad del puerto de Bahía Blanca como un motor clave de desarrollo regional.
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El hospital municipal de Coronel Suárez busca tener más especialid­ades y así no depender de los efectores bahienses.

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