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Luis Javier Cobos fue condenado a un año y medio de prisión. El hecho se produjo a principios de 2018, en una vivienda de 25 de Mayo al 1200.
LO RECONOCIÓ LA HIJA DE LA VÍCTIMA
Luis Javier Cobos (27) parece no recapacitar. Pese a su juventud ya recibió cuatro condenas y en los últimos días sumó una más.
El juez en lo Correccional Nº 1, José Luis Ares, le impuso una pena de un año y medio de prisión efectiva por un episodio ocurrido el 9 de enero, cuando ingresó por una ventana a la vivienda de una vecina y comenzó a manosearla mientras la mujer dormía.
La víctima se despertó y empezó a gritar, por lo que el acusado escapó rápidamente.
Una hija de la damnificada, quien estaba descansando en la misma habitación, lo reconoció e identificó ante los efectivos policiales que concurrieron al lugar tras un llamado al 911.
La fiscal de flagrancia Paula Pojomovsky había pedido una sanción de dos años y tres meses de cárcel para Cobos, mientras que el defensor oficial Carlos Carnevale consideró que “el procedimiento estuvo viciado y la aprehensión fue ilegal, además de considerar que no se probó la responsabilidad del procesado.
El letrado también sostuvo que la mujer no instó la acción penal, lo que fue rechazado por Ares, quien consideró que la voluntad de hacerlo “se puede inferir tácitamente de sus actos de llamar a la policía y prestar colaboración para dilucidar el hecho”.
Para el magistrado se acreditó que el día de los hechos, alrededor de las 3 de la mañana, en una propiedad de departamentos internos ubicada en 25 de Mayo al 1200, Cobos ingresó por una ventana a uno de ellos y sometió a manoseos a una mujer, quien se despertó cuansu do pretendía quitarle la ropa interior.
Al declarar explicó que esa noche hacía mucho calor y por esa razón se encontraba abierta la ventana de su dormitorio. Comentó que estaba durmiendo y en determinado momento sintió que alguien la estaba tocando, por lo que comenzó a gritar y llorar.
El testimonio vital para esclarecer lo ocurrido fue el de una hija de la víctima, quien estaba durmiendo en la misma habitación junto a otros
El juez valoró como agravantes la nocturnidad, "lo que facilitaba y hacía más factible la impunidad". También el daño psicológico y las sentencias anteriores.
dos hermanos más chicos y se despertó al escuchar el pedido de auxilio de su madre.
Dijo que vio escapar por la ventana al agresor y reconoció que era su vecino. Comentó que el individuo utilizaba la luz de un celular para iluminar y reconoció un short que llevaba colocado.
Los dos efectivos del Comando de Patrulla que concurrieron a la emergencia mencionaron que se dirigieron hacia la vivienda del sospechoso, donde los atendió una mujer, quien les aseguró que estaba sola.
No obstante, los policías advirtieron la presencia de Cobos en el interior y, según declararon, observaron cuando se cambiaba el pantalón corto por uno largo.
Ambos señalaron que lo hicieron salir del lugar para arrestarlo y secuestraron la prenda de vestir. Descargo El acusado, quien brindó versión durante la instrucción y luego en el debate, reconoció que tenía antecedentes por robo y estaba prófugo, aunque dijo que esa noche estaba durmiendo, que los policías lo sacaron del departamento y lo golpearon repetidamente.
Aclaró que no tenía trato con la víctima y que su hermana “había tenido problemas con esa gente”.
En el mismo sentido testificó su esposa, quien incluso deslizó que la damnificada había estado bebiendo.
Ares sostuvo que Cobos fue “mendaz” en su descargo y que su pareja también “ha faltado a la verdad”.
Señaló varias contradicciones y afirmó que la declaración de la hija de la damnificada resultó “veraz”, reforzada por otros testimonios y la incautación del short.
Por todo ello, el juez consideró probada su responsabilidad y lo sentenció por el delito de abuso sexual simple.