Los salarios, muy atrás de los precios
Otra semana complicada en su calendario escolar y también institucional, porque el debate por el impacto de los aumentos en las tarifas de distintos servicios públicos parece lejos de concluir.
El contexto inflacionario y los “tarifazos” definitivamente tensaron la encrucijada salarial entre la Provincia y el sindicalismo docente.
Una huelga con mucha o poca adhesión dentro de la comunidad educativa siempre tiene consecuencias e incluye “poder de daño”, al margen de que la medida tenga "intencionalidad política" como sospecha la gobernadora María Eugenia Vidal.
En la séptima reunión paritaria del año, el Ejecutivo bonaerense realizó una curiosa modificación en la rei- terada oferta núcleo del 15 % de aumento salarial a los docentes para el 2018.
La última propuesta fue una suba semestral del 10% (también en tres cuotas) y que se retome la negociación en julio.
La Provincia sí mantuvo el premio por presentismo pero, al considerarse el tramo enero-junio, planteó $3 mil por maestro que no falte. Aún “confundido”, el gremialismo docente rechazó la “oferta” y convocó a un paro con movilización para el miércoles que viene.
“Las huelgas tiene muy poca adhesión” aseguran dentro de la Gobernación de calle 6 tras reforzar la advertencia que “día no trabajado será descontado” en la liquidación salarial venidera.
En estos tiempos, el descuento desalienta adherir al paro. La postura mediática oficial fue comunicada por el ministro de Economía, Hernán Lacunza y su par de Educación, Gabriel Sánchez Zinny. Todo bajo la coordinación del ministro lapridense de Asuntos Públicos, Federico Suárez. La Provincia hizo la séptima oferta semestral cuando ya vamos casi terminando el cuarto mes del año. Todo muy raro”, especuló el sindicalismo en las diagonales.
“Estamos asistiendo a una puesta en escena, donde el Ejecutivo hace que propone algo “superador” y por ahora, una buena parte de los sindicatos estatales hicieron
Se sabe, existe preocupación en el ámbito gubernamental por el generalizado malhumor social ante el incremento de precios y tarifas. Los años no electorales permiten adoptar varias medidas “antipaticas”. Justamente, se hicieron antes de entrar a la carrera electoral 2019 .
La gobernadora Vidal justifica la suba de tarifas al sostener que el sistema de energía estaba colapsado. Fue una sólida defensa de las políticas económicas de la Rosada, tras una semana convulsionada dentro de la inestable alianza Cambiemos por el impacto del “tarifazo” y la corta rebelión radical.
“La Gobernación plantea una discusión paritaria, muy por debajo de la inflación”, argumentan desde el arco legislativo opositor.
Dicen que eso obliga a muchas familias a “elegir entre pagar las tarifas o comprar bienes de primera necesidad”, incluso hay vecinos que se están “endeudando” para que no le corten los servicios esenciales, dicen.
La polémica se traslada al tablero político. Los bloques legislativos de la oposición – afectados por el virus de la fragmentación peronista -tropezaron al intentar empujar a sus pares de Cambiemos a realizar una sesión especial en la Cámara de Diputados para debatir proyectos relacionados con el aumento de las tarifas de servicios públicos. Fue una intentona por “frenar” la aplicación de las cuestionadas subas en la Provincia.
Finalmente, la vicepresidenta de la Cámara Joven, Marisol Merquel, condujo apenas un debate sobre el tarifazo con diputados de extracción peronista más el Frente de Izquierda.
“La Gobernación hoy no tiene ningún instrumento de gestión que permita amortiguar los efectos de las políticas nacionales, como el aumento de tarifas, por eso es necesario que el oficialismo retome el diálogo, para encontrar soluciones inmediatas”, reclamó la dirigente de Saavedra.
Entienden como “impostergable” una discusión parlamentaria porque la ciudadanía bonaerense ya no puede asumir el costo de las tarifas de gas, luz y agua.