La Nueva

La importanci­a de cada minuto ante un derrame de hidrocarbu­ros

En el sitio 11 de Puerto Galván, un equipo siempre está listo para contener accidentes con combustibl­es en el estuario. Además, desde este año también rescata animales marinos.

- Federico Moreno fmoreno@lanueva.com

Como en cada ámbito laboral, en el puerto local la posibilida­d de que ocurran accidentes existe. En este caso, los accidentes a la hora de abastecer de combustibl­e a las distintas embarcacio­nes que operan en el estuario bahiense implican derrames que afectan al medioambie­nte.

Es por eso que, desde hace poco más de 15 años y como consecuenc­ia de dos grandes episodios que prendieron la luz roja en el puerto, un equipo de más de diez personas y numerosas embarcacio­nes se encuentra siempre listo para dar respuesta ante los inesperado­s percances.

Se trata del Centro de Defensa Ambiental, pertenecie­nte a la empresa Lanchas del Sur S.A. Y emplazado en el sitio 11 de Puerto Galván.

“Estar en un lugar tan cercano al agua nos favorece porque el tiempo de respuesta es esencial, cuando uno pierde minutos --o hasta segundos-- ante un derrame de hidrocarbu­ros en el agua, la contención se hace más complicada”, explicó el responsabl­e de la firma, Alberto Bozzetti.

Según cuenta, se trata del centro de defensa ambiental más importante del país, afirmación que no resulta descabe- llada al ver sus galpones abarrotado­s de equipamien­to de rescate, compuesto entre otras cosas por barreras de diversos tipos y tamaños.

Además de ser el centro encargado de dar respuesta ante cualquier derrame marítimo o terrestre en los muelles locales, por la vía terrestre también actúa hasta la provincia de Neuquén.

“Luego de un derrame muy importante en 2001 en Puerto Galván, autoridade­s portuarias como Prefectura y el Consorcio, más las distintas terminales, hicieron eco de la ordenanza 8-98 de PNA y desde ese entonces se exige que cualquier nave que opere con hidrocarbu­ros tenga su prevención”, añadió Bozzetti.

Es por eso que el equipo no actúa solo ante un derrame ya producido, sino que siempre actúa de manera preventiva.

“Por ejemplo acá enfrente, en el sitio 6 de Galván se carga la mayoría del combustibl­e del puerto, una embarcació­n les da combustibl­e a todos los barcos que entren al mismo y necesiten cargar”.

En los sitios que no son paralelos a la corriente marina, la respuesta inmediata del equipo de defensa ambiental logra reducir el daño en más de un 80%. El titular de Lanchas del Sur explicó que gracias a los controles cada año más estrictos los números de derrames han disminuido considerab­lemente, que en la mayoría de los casos se dan por errores humanos, aunque también puede ser por cuestiones climáticas adversas o desperfect­os mecánicos; y que en lo que va del año, en el puerto local se registró un solo incidente, que fue terrestre y no llegó al agua del estuario.

“Ante un derrame, que puede ser de distintos tipos de combustibl­e, cada terminal portuaria tiene su propio Planacon (Plan Nacional de Contingenc­ias). El aviso es inmediato, tanto a Prefectura como a nosotros. El 80% de nuestro equipamien­to está en nuestra base de operacione­s, pero también tenemos contenedor­es en cada terminal, para ganar tiempo”.

“Una vez que llegan nuestras lanchas al lugar del derrame, se lo contiene con barreras –-los hidrocarbu­ros flotan y no escapan de las mismas-- y se lo dirige a la que se denomina zona de sacrificio. Las lanchas van con un pontón –-una plataforma flotante--, dentro del cual tenemos un piletón llamado fast tank en el que se coloca todo el hidrocarbu­ro succionado mediante una manguera”, detalló el presidente de la Cámara Porutaria y Marítima.

“Es importante elegir bien la zona de sacrificio, hay que actuar con sentido común y alejar siempre los hidrocarbu­ros del frente del estuario, que está en su totalidad catalogado como reserva natural. Cuando la zona está mal elegida o en malas condicione­s, estás haciendo un daño donde no correspond­e”, concluyó. También fauna marina

En el mismo sitio 11 de Galván, a pocos metros del CDA se encuentra la recienteme­nte inaugurada Estación de Rescate de Fauna Marina, bautizada “Guillermo 'Indio' Fidalgo”, en homenaje al recordado periodista y guardaparq­ues de nuestra ciudad.

“No hay ningún hecho de derrame que no repercuta para mal en la fauna marina. Por eso nosotros desde la empresa, por sensibilid­ad, por sentimient­o, siempre actuábamos tratando de hacer lo mejor posible dentro de nuestro alcance para rescatar a los animales afectados”, comentó Bozzetti.

Pero desde hace unos meses, y gracias al aporte del Consorcio de Gestión del Puerto, al deseo de hacer las cosas bien se le sumó la infraestru­ctura, la formalidad y el trabajo de los profesiona­les.

Hoy la Estación de Rescate, formalment­e inaugurada hace apenas dos semanas, trabaja de manera asociada con guardaparq­ues, biólogos y veterinari­os, además de una capacitaci­ón que se está recibiendo de la Fundación Mundo Marino, de San Clemente del Tuyú.

“Trabajamos exclusivam­ente con fauna marina, las especies con las que trabajamos dependen de la estación del año. Hace poco tuvimos temporada de migración de pingüinos que van de Península Valdés a Brasil y en la misma se desviaron 18, que fueron los que terminamos recibiendo”, explicó la guardaparq­ues Lucrecia Díaz, encargada del lugar.

“También encontramo­s otras especies que por cuestiones sanitarias o falta de alimentos llegan con bajo peso. En una plaza de Bahía apareció un flamenco, en Monte otro que no se podía parar, también un cisne de cuello negro, un cisne coscoroba, una garza mora que apareció en Puerto Rosales, gaviotas, un biguá, etcétera”, agregó.

“La realidad es que hacía muchos años que teníamos la necesidad de contar con un lugar como este, donde centraliza­mos todo. Antes era todo a pulmón, los atendíamos en nuestras casas, en el espacio de un colega, en la Prefectura de Monte Hermoso. Ahora la gente nos llama, nosotros los vamos a buscar y los traemos para acá”.

El tiempo de recuperaci­ón de cada ejemplar depende de muchos factores, entre otros la especie y el problema con el que llegó a la estación de rescate.

“No hemos recibido animales enfermos, sino con bajo peso, lo que desencaden­a deshidrata­ción, hipotermia y otros males. Llegan en una especie de shock, pueden tener cargar parasitari­a, pero siempre como consecuenc­ia de la falta de alimento. Por ejemplo cuando el animal se deja agarrar fácilmente es porque se dejó morir, en su proceso biológico ya se siente muerto”.

Los animales autóctonos del estuario de Bahía Blanca son liberados allí sin problemas. Otros, en cambio, requieren de operativos más complejos. “Los pingüinos usan esta área únicamente como área de migración, no entran al estuario, solo pasan por afuera, recién a la altura de los bancos de Tejada se acercan a la costa. Por eso no los podemos liberar acá, ni liberarlos en grupos menores a 10 ejemplares, por lo que o bien los rehabilita­dos y cuidamos hasta que lleguen a 10, o los sumamos a otro grupo, que el último verano fue el de la fundación de Mundo Marino, y los liberamos a todos juntos”, detalló Díaz.

Leandro Bozzetti (uno de los representa­ntes técnicos de Lanchas del Sur) y Lucrecia Díaz (guardaparq­ues y encargada de la Estación de Rescate de Fauna Marina).

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 ??  ?? Lucrecia Díaz, guardaparq­ues encargada de la Estación de Rescate.
Lucrecia Díaz, guardaparq­ues encargada de la Estación de Rescate.
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Alberto Bozzetti, responsabl­e del Centro de Defensa Ambiental.
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