“Siempre estaré orgulloso de haber pasado por Olimpo”
Emiliano Tellechea contó sus sensaciones más íntimas y aseguró que el descenso será un dolor que tendrá que apaciguar con el tiempo.
Hace una semana que me fui y todavía no puedo aliviar semejante dolor. Estoy en Córdoba, de vacaciones, pero por mi cabeza siguen pasando imágenes de un descenso que, al menos a mi, me llena de impotencia y frustración”.
Si algo demostró Emiliano Tellechea en su paso por Olimpo, fue ser un hombre creíble y de palabra. Más allá de sus cualidades futbolísticas, cumplió como persona y como profesional, y por eso es la baja del plantel que más lamentan los hinchas aurinegros.
Cuando dejó nuestra ciudad, el volante uruguayo escribió en su cuenta de instagram: “Dos años intensos, con muchas historias, con risas, y también con enojos, pero lo que me llevo es la amistad de todos ustedes. Gracias, solo espero volverlos a encontrar en algún lugar. Los quiero amigos”.
En el mensaje adjuntó fotos con compañeros, auxilares, utileros y empleados de la entidad olimpiense. ¿Qué más se puede decir de un ser humano de bien, con valores arraigados y que rescindió su contrato antes de lo previsto en beneficio de la economía del club?
“Cuando en un lugar te tratan bien, te brindan cariño y te hacen sentir parte de una familia que vive con pasión y que se brinda por completo por una institución, te vas con las ganas de querer volver. Hablé con la dirigentes, me fui con tristeza, pero de parte de ellos y mía las puertas de Olimpo quedaron abiertas”, relató quien, en dos temporadas y con cuatro técnicos distintos, jugó de punta, de carrilero, de volante central, de lateral y de enganche.
--¿Cuáles fueron las condiciones que tuviste que aceptar de parte de la CD para rescindir el contrato de común acuerdo?
--Lo único que te puedo adelantar es que ambas partes hicimos un gran esfuerzo para que el acuerdo arribe a buen puerto. Cobré hasta el último día trabajado y por lo que quedaba (hasta el 30 de junio, cuando caduca su vínculo laboral con el aurinegro) recibí un dinero que para mi era suficiente y que a ellos les permitirá ahorrar. Mi intención fue siempre colaborar con Olimpo, por eso cuando cerramos trato nos dimos un abrazo con el presidente (Mauro Altieri) y me despedí con un “hasta luego”.
--¡Cómo insistís con eso!
--No me gusta mentir ni vender humo, pero Olimpo es un club con personas nobles que valoraron y respetaron mi trabajo, y si algún día tengo la posibilidad de que se fijen otra vez en mi, haré fuerzas por volver. Resigné dinero, pero ayudé al club, y eso me deja más que tranquilo.
“Si bien vivo de esto y la plata la necesito, prefiero que me recuerden como una
confianza individual de cada integrante del plantel. Entrenar mucho y no plasmar nada en la cancha, nos liquidó. Y eso nos llevó a dudar, a creer poco en nosotros y a ser presa fácil de los rivales. Al no tener buenos rendimientos no contagiás, y si no contagiás el ánimo no se renueva.
--Muchas lesiones, ¿por qué?
--El estrés fue letal. Jugar por el descenso y verte siempre en zona roja es desgastante. Jugás con tensión y con fantasmas que aparecen y desaparecen. Y las lesiones psicológicas te llevan a explotar. A veces las disimulás con un plantel largo, pero en Olimpo los problemas se incrementaron a medida que fue avanzando la competencia. persona de bien y que dejó todo por el equipo, y no como alguien que jugó sólo por interés. Me llevo gratísimos recuerdos y siempre me voy a sentir orgulloso de haber pasado por Olimpo”.
--También habla bien de vos que, con el descenso consumado, no te bajaste del barco y aceptaste llevar la cinta de capitán en el peor momento.
--Puedo tener un montón de defectos, pero soy honesto. Donde me valoran me manejo con responsabilidad y respeto, y mi compromiso con Olimpo fue total, en los buenos y en los malos momentos. Creo haber tenido un correcto comportamiento, pese a los sinsabores deportivos, a la difícil situación financiera por la que atravesó el club y por la que el plantel, por momentos,