Indispensable no compartir ciertos elementos
senten enfermedades asociadas que hagan que las complicaciones de la gripe pongan en riesgo su salud, como por ejemplo quienes tengan enfermedades respiratorias, cardíacas, inmunodeficiencias congénitas o adquiridas, pacientes oncohematológicos y trasplantados, entre otros.
Estos niños están contemplados y deben recibir la vacunación (1ó 2 dosis, dependiendo la edad y si fueron vacunados anteriormente) en forma gratuita, pero se les va a requerir la orden médica que compruebe su condición de riesgo.
Mientras que los menores de 24 meses sanos que hubiesen sido vacunados durante el año pasado, deben recibir una sola dosis y no necesitan prescripción médica.
La vacuna antigripal se puede administrar sola o conjuntamente con otras vacunas y la protección se alcanza entre las 2 y 3 semanas posteriores a la aplicación.
De hecho los especialistas de la SAP aconsejan no perder la oportunidad de dar otras vacunas importantes e incluidas también en el calendario nacional de inmunizaciones, como por ejemplo la vacuna contra el neumococo, para la prevención de enfermedades neumocócicas como la meningitis y la neumonía, y su indicación son 3 dosis a los 2, 4 y 12 meses de edad.
En cuanto a las contraindicaciones de la vacuna, solo alcanza a aquellas personas alérgicas al huevo, una condición muy poco frecuente.
Y como reacciones adversas solo se registra dolor en el lugar de la aplicación, y en algunos casos algunas líneas de fiebre en las horas posteriores, cuadro que revierte espontáneamente.
De no hacerlo, se debe consultar al pediatra porque es posible que se esté en presencia de alguna condición médica que nada tenga que ver con la vacuna.
“Si bien desde la SAP como sociedad médica nos sentimos en la obligación de recordar las indicaciones precisas de la vacunación antigripal, la recomendación prioritaria e irremplazable siempre es la consulta con su pediatra de confianza, que es quien sabrá orientar a la familia analizando las situaciones individuales y la condición del grupo en su conjunto”, aclaró la doctora Gisela Martinchuk, médica pediatra, secretaria del Comité de Neumonología de la SAP. Medidas básicas. Enseñar a los niños unas básicas medidas de higiene les ayudará a prevenir un contagio. Asimismo, que los padres sepan detectar los síntomas y aprendan diferenciarlos de la gripe común o catarro, evitará contagios a otros niños.
Grupos de riesgo. Los niños son un grupo de riesgo con las enfermedades que se transmiten por el aire: catarros, resfriados, gripe común. Todavía no tienen mucha conciencia de las medidas de higiene y, sobre todo, de no tocar o chupar cosas que haya tocado otro niño que esté enfermo. No se puede compartir comida, vasos, cucharas, toallas, cepillo de dientes, caramelos ni chupetes.
Como reacciones adversas solo se registra dolor en el lugar de la aplicación y en algunos casos líneas de fiebre no significativas.