Enmendar los errores del pasado
La crisis energética del 2004 hizo que Néstor Kirchner decidiera interrumpir el flujo de gas abundante y barato para el país vecino, provocando en este una escalada de precios.
Esto trajo un serio conflicto diplomático, que no se intensificó por el gesto de buena voluntad de Chile de no accionar judicialmente cuando tenía todas las herramientas para hacerlo, ya que estos tratados tenían rango constitucional.
En ese sentido, Andrés Di Pelino manifestó que volver a exportar gas al país transandino "sería una buena forma de enmendar el incumplimiento de la década pasada que nos vimos obligados a hacer por comprometernos a vender un gas que no teníamos".
Para Di Pelino el causante de la interrupción contractual fue que durante los años 90 Argentina dejó de realizar inversiones en exploración y se dedicó a sobre explotar los yacimientos existentes, acelerando su vida útil y bajando las reservas de 40 años a 7. A su vez, "generamos una matriz dependiente del gas a partir de las centrales térmicas de ciclo combinado que intensificaron el consumo del gas", agregó.
Esta tendencia continuó en los años siguientes, pasando de ser un país gasífero a ser importadores netos, llegando incluso a importar GNL a través de los mismos gasoductos por los cuales exportábamos 15 años antes.