Sporting salvó un punto y sigue como líder en la Liga del Sur
Partidazo. El rojinegro hizo el gasto y el dueño de casa lo lastimó por las bandas. Fue 1-1; podría haber sido 5-5.
En la década del '70 fueron Rivera, Bazerque, Bonjour, Aleto, Barrado, Yaconis, De la Canal...
En la del '80 Fredes, Palacio, Favret, Schmidt, Casado, Cheiles, Mansilla,Hugo Paulino Sánchez, Torres, Rotondi...
Eran momentos donde Olimpo armaba equipazos y, por lo general, hacía capote en los torneos de la Liga del Sur. ¿Qué quiere que le diga?, había que ser muy valiente para salir a atacar a futbolistas profesionales que venían a reforzar a clubes poderosos del interior porque marcaban notorias diferencias. Para la mayoría de los elencos que animaban la competencia local era poner la cabeza...
Pero mire si cambiaron los tiempos. Ayer, el aurinegro ubicó en cancha a cuatro jugadores (Villarruel, Porras, Covea y Lentini) del plantel de Primera división de AFA, pero su rival, Sporting, le salió a comer el hígado sin restricciones ni pudores.
El hecho de tener que ir a la casa de un Olimpo "reforzado", en vez de amilanarlo, lo motivó. Una vez más, el rojinegro demostró que la moral, la confianza y el orgullo están más cerca del cielo que de la tierra.
El primer tiempo fue fantástico. El segundo tuvo menos ritmo pero más incidencias.
El de Punta Alta fue vertiginoso y voraz, y su ímpetu ofensivo lo llevó a quedar desguarnecido atrás, a sufrir cuando el adversario le ocupó los espacios a espaldas de los volantes o lo llevo a la rastra por los andariveles.
Pero es lindo ver a Sporting, que toca para progresar y todo el tiempo manifiesta estar a tono con las máximas expresiones futbolísticas.
Con Sabatini endiablado, la visita propuso de principio a fin, incluso cuando quedó con un jugador menos primero (Marco Rosas, por una acción temeraria, al intentar una chilena, golpeó a Rossi en la cabeza y fue correctamente expulsado por doble amarilla) y dos después (Javier Menéndez vio la roja directa al interrumpir, con un manotazo, una oportunidad manifiesta de gol en la raya misma del arco).
Fueron los aciertos del árbitro Lautaro Andreis, quien no tuvo una tarde acorde a un cotejo intenso, fabuloso y admirable.