Preocupa el estado de la sala de espera de Terapia Intensiva en el Municipal
La situación es problemática desde hace bastante tiempo y hay un deterioro que se ha venido profundizando con los años. Desde la dirección del nosocomio se admitió la situación y se prometieron mejoras.
En contraposición a la muy buena atención que reciben sus familiares, varias personas se quejaron del deteriorado estado de la sala de espera de Terapia Intensiva del Hospital Municipal “Leonidas Lucero”.
Las paredes descascaradas, algunas con grafitis que datan de varios años atrás, y puertas, ventanas y bancos de madera desnudando la falta de mantenimiento, le dan marco a un lugar por el que cientos de familias de Bahía Blanca y la zona acuden a recibir partes médicos dos veces al día.
“Da pena ver el lugar así, tan abandonado. Y contrasta notablemente con el nivel de atención, que es excelente. Esperar sentado noticias de un familiar en un sitio con paredes rotas te deprime aún más”, señaló Ana Silvia, quien tiene a su mamá ingresada hace 10 días en una de las 12 camas que dispone el establecimiento.
Aunque las obras del Plan Estratégico (data de 1987) le dan brillo a otras áreas del nosocomio, éste parece haber quedado congelado en el tiempo.
“No costaría nada pintar las paredes con colores cálidos. El grado de deterioro es muy evidente y a nadie parece importarle”, agregó Mabel, que espera novedades de su esposo sentada en lo que parece haber sido un banco de plaza ya despintado.
Los vidrios rotos de las puertas y ventanas hacen que el invierno que se avecina sea amenazante para quienes aguardan, impacientemente, la charla diaria los médicos.
“Ya se sienten las temperaturas bajas y la calefacción no funciona adecuadamente”, manifestó Cristina, mientras espera ver por algunos minutos a su abuela.
La situación es problemática desde hace bastante tiempo y hay un deterioro que se ha venido profundizando con los años, que fundamentalmente tiene su centro en la falta de recursos.
“Tuve la mala fortuna que me tocó estar primero con mi padre y ahora con mi mamá y el lugar está cada vez peor. Pero me da tranquilidad saber que puertas aden- tro los atienden muy bien”, comentó Maximiliano.
También las instalaciones sanitarias son deficientes, según se puede apreciar a simple vista.
“En el baño de hombres, el inodoro no tiene tabla ni tapa. Son detalles, pero se pueden arreglar con poca inversión”, manifestó Rodrigo, quien acompaña en un difícil momento a su señora.
También el acceso, al estar poco iluminado y con varios focos sin funcionar, se torna peligroso.
Con más de un siglo de funcionamiento, el municipal sigue siendo, con sus 129 camas, el segundo en importancia en la ciudad -–después del Penna--, con un promedio anual que supera las 100 mil consultas por urgencias y 75 mil en consultorios externos.
Sin dudas se trata de un escon pacio que justifica sin demasiadas objeciones toda obra que potencie su funcionamiento y sume calidad a su atención.
La explicación oficial
El director asociado del Hospital Municipal, Gustavo Cabenko, admitió que la sala de espera de Terapia Intensiva padece algunas deficiencias, aunque admitió que se estudia someterla a reparaciones.
“Es cierto, hay que darle una `lavada de cara' y en eso estamos, pero también debemos decir que mucha gente, muchos familiares, no colaboran y estropean el lugar”, sostuvo.
“Seguramente no se podrá ejecutar el arreglo del lugar en lo inmediato ya que forma parte del plan estratégico y lleva tiempo, pero está en nuestro cronograma”, reiteró.