La Nueva

Cada vez llegan menos buques metaneros a Ingeniero White

Aunque la medida de importar gas licuado natural, que en su momento se creyó provisoria para combatir la crisis energética nacional, ya lleva una década, los números de los últimos años marcan un sostenido retroceso.

- Federico Moreno fmoreno@lanueva.com

La crisis energética que atravesaba la Argentina de 2008 hizo que el Gobierno nacional decidiera importar gas, en estado líquido, a través del puerto de Bahía Blanca para luego ser inyectado a la red nacional para su distribuci­ón. Hoy, diez años después y luego de un pico de importacio­nes alcanzado en 2013, la merma de las mismas es notoria y responde a diversos motivos.

La medida , que en su momento generó polémica por cuestiones económicas y políticas, también repercutió en las cuestiones ambientale­s, marcadas por reclamos vecinales y de diversas institucio­nes que, si bien encontraro­n un freno en la Justicia, nunca desapareci­eron por el riesgo que operacione­s tan sensibles como las realizadas en el muelle local de la compañía Mega conllevan.

Si bien luego se le sumó el de Escobar, el puerto bahiense fue el primero en recibir a los enormes buques llamados metaneros, cargados con gas natural licuado (GNL) que luego de ser regasifica­do en otro buque de igual tamaño pero diferentes caracterís­ticas ingresa a la red nacional para contribuir en el abastecimi­ento de gas a hogares e industrias.

Fue entre el 17 y el 19 de junio de 2008 que el primer metanero, el Excelerate de bandera belga, trasvasó 58.671 toneladas al regasifica­dor Excelsior -– también belga-- y se transformó en el primero de los más de 300 que llegaron al muelle de Cangrejale­s en estos diez años.

Cada año vienen menos

La crisis energética que se presentaba cada invierno en nuestro país llevó al Gobierno nacional a importar gas, paradójica­mente en tiempos en que la Argentina, por compromiso­s contraídos, exportaba gas a Chile por vía terrestre. La cantidad de barcos y por ende de gas natural licuado importado creció prácticame­nte cada uno de los primeros años y alcanzó su pico máximo en 2013, con 45 buques, cuadruplic­ando en cuatro años los 11 del 2009, primer año completo de recepción del combustibl­e.

Luego de un trienio parejo (2013-2015), con un promedio anual de 43 buques, con el cambio de Gobierno el presidente Mauricio Macri decidió que, “dado que las importacio­nes extra-zona son caras y tienen inconvenie­ntes”, las importacio­nes que llegaban a través de metaneros de mercados de ultramar comenzaría­n a sustituirs­e de manera progresiva.

La medida se reflejó en números oficiales recogidos por el Consorcio de Gestión del Puerto, con una disminució­n del 38 % para los siguientes dos años (2016-2017), mientras que 2018 sigue por la misma senda, con apenas 6 buques en lo que va del año.

En cuanto a la procedenci­a de la carga durante estos diez años, el primer puesto de la extensa lista le correspond­e a Trinidad y Tobago, que con 138 barcos representó el 46 %, seguido por los 40 buques provenient­es de Nigeria y los 24 de Catar que completan el podio. El listado se completó –-de mayor a menor-- con España, Esta- dos Unidos, Bélgica, Noruega, Egipto, Sudáfrica, Mauricio, Argelia, Portugal, Emiratos Árabes y Guinea Ecuatorial, entre otros.

El peligro y las quejas

Como cada proyecto de gran envergadur­a, la instalació­n de un buque regasifica­dor de casi 300 metros de eslora a metros del Polo Petroquími­co, con la riesgosa operatoria de trasvase de buque a buque que implica, provocó quejas, preocupaci­ones y hasta la intervenci­ón de la Justicia.

Los primeros meses de 2008 el asunto despertó el malestar de muchos vecinos de Ingeniero White, históricam­ente perjudicad­os medioambie­ntalmente por su cercanía al Polo Petroquími­co, así como de otras entidades ambientali­stas, quienes llevaron la causa a la esfera de tribunales.

Luego de escuchar a ambas partes y evaluar los estudios de riesgo e impacto realizados siguiendo las normas internacio­nales, la Justicia consideró que el regasifica­dor “representa­ba riesgos ínfimos o nulos, en circunstan­cias normales”, y que era “tan de interés público preservar la salud de la población y la integridad del medioambie­nte como asegurar calor y energía eléctrica en el crudo invierno".

El principal temor de especialis­tas de la materia pertenecie­ntes tanto al sector público como al privado siempre radicó en dos cuestiones: la cercanía del regasifica­dor a la población y el hecho de que el trasvase se realice de barco a barco y no de barco a tierra, impediment­o es-

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 ??  ?? Muelle de Compañía Mega. El 46 % de los metaneros que llegaron a Bahía proviniero­n de Trinidad y Tobago.
Muelle de Compañía Mega. El 46 % de los metaneros que llegaron a Bahía proviniero­n de Trinidad y Tobago.

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