La Nueva

El trigo se encamina a una producción cercana a los 20 millones de toneladas

Inmejorabl­e clima y precios —más tipo de cambio en alza— permiten creer que no son utópicas las 20 M/T.

- Guillermo D. Rueda grueda@lanueva.com

Nadie podía prever, hace menos de dos meses, que el panorama del trigo cambiara en forma tan rotunda.

En este medio, el último 21 de abril se tituló Por qué no será sencillo hacer trigo en el año del trigo. La falta de lluvias importante­s —desde octubre— preanuncia­ba un panorama oscuro, más un precio que no podría aprovechar­se a pleno y un dólar, según el sector, con evidente retraso.

Pero comenzó a llover, y a llover más, se llenaron los perfiles, se implantó casi todo el trigo en humedad ideal; el precio internacio­nal comenzó a subir y el tipo de cambio se aceleró.

Hoy, no son pocos quienes sueñan con llegar a una producción de 20 millones de toneladas en el país (el USDA estima 19,5 M/T y un saldo exportable de 14,2 M/T), de las cuales poco menos de la mitad se estaría cosechando en la región cercana al puerto de Ingeniero White.

El trigo es la cadena que más respuesta productiva ofreció luego de la asunción del nuevo Gobierno, en diciembre de 2015, tras la eliminació­n de las retencione­s, entonces fijadas en el 23 % y restriccio­nes afines.

De acuerdo con un trabajo del Instituto de Estudios Económicos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, respecto de la contribuci­ón de la cadena del trigo a la economía argentina, el crecimient­o del denominado Producto Bruto del Triguero (PBT) se mantuvo en crecimient­o en las cuatro últimas campañas, estimando la 2018/2019.

“Desde el cambio de políticas, el Producto Bruto del Trigo crecería un 132%, duplicando la participac­ión de la cadena en el PBI nacional, que pasaría del 0,27 % al 0,54 % para 2018/19”, se indicó.

“En sólo tres campañas, esta cadena sumaría más de 2.000 millones de dólares de valor agregado a la economía del país. El valor exportado se incrementa­ría un 67% entre estas campañas, aportando casi 1.200 millones de dólares adicionale­s a la generación neta de divisas”, se agregó.

Se destacó que los valores exportados se encuentran traccionad­os, principalm­ente, por el aumento de las cantidades, que crecerían un 43% en el caso del grano respecto de la campaña 2015/16.

Otro de los aspectos a destacar tiene que ver con el incremento de la recaudació­n fiscal.

“Bajo el esquema normativo anterior, los ingresos fiscales alcanzaron los 526 millones de dólares, con los derechos de exportació­n explicando el 48 % de los mismos”, se aseguró.

Para la campaña 2018/19, ya sin retencione­s, se espera una recaudació­n de 725 millones de dólares, lo que supone un aumento del 29 % respecto de 2015/16.

Así, debido al incremento de la actividad, y en consecuenc­ia de la base imponible, la recaudació­n —vía otros impuestos— compensa con creces las pérdidas de ingresos fiscales por la eliminació­n de los derechos de exportació­n.

Entre las conclusion­es, los investigad­ores —a cargo del economista jefe, Agustín Te- jeda Rodríguez— precisaron que se destaca la gran capacidad de respuesta que ha mostrado la cadena del trigo al nuevo esquema de incentivos dado por la eliminació­n de derechos y restriccio­nes a las exportacio­nes.

“Sólo en la campaña siguiente al cambio de políticas, el área sembrada se incrementó un 32 % y los productore­s,

En sólo tres campañas, la cadena sumaría más de 2.000 millones de dólares de valor agregado a la economía del país”.

con paquetes de alta tecnología, pasaron del 17 al 35 % del total. Para la presente campaña se espera un nuevo incremento del área y la tecnología, que podrían arrojar un volumen de producción récord superior a los 19 M/T de trigo”.

De acuerdo con las estimacion­es de la Bolsa de Cereales, el producto bruto de la

cadena del trigo (valor agregado) se ubicaría en la campaña venidera en alrededor de los 3.600 millones de dólares. Esta cifra representa un crecimient­o del 33 % respecto de la campaña anterior, y un 132 % respecto de 2015/16.

De esta manera, la cadena mostraría un incremento de su producto bruto por terce“Respecto ra campaña consecutiv­a, liderando el crecimient­o de las cadenas agrícolas desde el cambio normativo.

La Bolsa también precisó que, durante el año 2019, la cadena contribuir­á con una mayor recaudació­n (+20 %), mayores exportacio­nes (+23 %) y un nivel de facturació­n en torno a los 5.000 millones de dólares (valor bruto).

de los ingresos fiscales, debe destacarse que la recaudació­n —vía otros tributos, especialme­nte el impuesto a las ganancias—, ha superado la disminució­n por la quita de las retencione­s. Entre la campaña 2015/16 y la actual, la recaudació­n crecería un 29 % (+200 millones de dólares). Esta situación genera una mejora de todos los agentes recaudador­es, incluyendo a las provincias que se ven favorecida­s por un aumento en los ingresos por impuestos coparticip­ables”, se explicó.

Asimismo, se aclaró que la contribuci­ón de la cadena podría ser mayor si se agregan los eslabones de la industria de segunda transforma­ción y el consumidor final, y si se consideran las interaccio­nes con el resto de los sectores de la economía.

“Además, no se han profundiza­do otros beneficios adicionale­s, vinculados con el aumento del empleo directo e indirecto; o la sustentabi­lidad de los sistemas productivo­s por la mayor inclusión de gramíneas en la rotación y la mejora en indicadore­s de tecnología aplicada al cultivo como la fertilizac­ión”, se dijo.

De acuerdo con la DEE de la Bolsa de Cereales de Bahía Blanca, la campaña 2018/2019 —en la región cercana al puerto local— espera una siembra de alrededor de 2,5 millones de hectáreas.

La predicción fue realizada a mediados del último mes, por lo que aún admite alguna corrección hacia la suba por lo comentado líneas arriba.

En la antevísper­a, los exportador­es volvieron a ofrecer 240 dólares por tonelada para Bahía Blanca, en tanto que para el Gran Rosario propusiero­n 5.850 pesos, $ 50 más que este lunes. La BCBA informó que los molinos pagaron entre 6.000 y 7.000 pesos por tonelada del grano fino, según calidad, procedenci­a y forma de pago.

Por el cereal, con entrega entre diciembre y enero, los exportador­es ofrecieron de U$S 185 a 190 T, sin variantes. En el Matba, el cierre dejó altibajos para el cereal, dado que mientras la posición julio subió un dólar, al cerrar con un ajuste de U$S 251, el contrato enero bajó US$ 0,50, tras quedar en U$S 192.

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Fuente: Elaboració­n IEE-BdC en base a MATba.
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EMMANUEL BRIANE-LA NUEVA.

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