Francia e Italia, por una reforma migratoria
Rumbo a una crisis diplomática sin precedentes, el presidente francés, Emmanuel Macron, y el jefe del Gobierno italiano, Giuseppe Conte, desactivaron ayer la tensión entre sus países con el propósito de alcanzar una reforma migratoria que se presagia más restrictiva.
Flotaba en el Palacio del Elíseo una atmósfera densa, con las palabras de Macron dirigidas a Roma en la mente de todos. El francés había catalogado de “cinismo” e “irresponsabilidad” la decisión italiana de cerrar sus puertos al barco Aquarius, con 630 inmigrantes a bordo, que finalmente
Emmanuel Macron deseó que ambos países trabajen para proponer soluciones europeas junto a Alemania y España.
se dirige a Valencia (España).
La cumbre en París estuvo a punto de no celebrarse, pero Conte zanjó las suspicacias: “El entendimiento con Macron es perfecto. El mero hecho de que esté yo aquí es la mejor respuesta”.
El francés no desaprovechó la ocasión para recordar que, “pese a todo lo que se ha dicho”, la llegada de inmigrantes por el Mediterráneo central ha descendido en lo que va de año un 77% respecto al anterior.
Matizados los datos, reconoció que “a Europa le ha faltado eficacia y solidaridad” en la crisis migratoria hacia los principales receptores de inmigrantes indocumentados.