La Nueva

La prioridad es estabiliza­r al dólar

- Por Pablo Wende info@lanueva.com

El primer round de Luis Caputo y los mercados fue más bien de estudio. El flamante presidente del Banco Central de la República Argenina no tuvo ni tiempo se pasar por su oficina, porque a las 10 de la mañana del viernes ya estaba siguiendo la evolución de las pantallas junto a la mesa de cambios de la autoridad monetaria.

El mercado esperaba que el flamante funcionari­o en su nuevo rol consiguier­a bajarle presión a la divisa. Pero lo consiguió a medias, porque el billete estadounid­ense cerró la semana por encima de su cierre anterior, a $ 28,80.

En su carta de presentaci­ón de renuncia a la titularida­d del Central, Federico Sturzenegg­er reconoció que había perdido credibilid­ad. Casi un eufemismo para manifestar lo que ya era una obviedad: ya no tenía recursos para influir sobre el tipo de cambio. Vendió dólares, futuros, dejó flotar, aumentó la tasa, pero nada fue suficiente para detener a la divisa.

Como resultado, la suba del dólar acumuló ya más de 50% en lo que va del año y el peligro latente es que genere un mayor salto inflaciona­rio, como sucede en la Argentina cada vez que hay una devaluació­n.

Hasta mayo, la inflación acumulada llegó al 12%. Pero la mayorista acumuló 22%, por lo que todavía queda mucho para traspasar al público. Si no sucedió en toda su dimensión es por el freno de la demanda de los últimos meses. Para junio, se espera que el índice se acerque al 3%, lo que sería su mayor nivel del año.

Pero antes de la inflación o el impacto sobre el nivel de actividad, la única preocupaci­ón del flamante titular del BCRA –y en realidad de todo el Gobierno- es equilibrar el mercado cambiario. Frenar la dinámica de los últimos meses es imprescind­ible: en la medida que el dólar sube 5% ó hasta 10% por semana es imposible que aparezca oferta y, obviamente, la demanda se vuelve incontrola­ble.

Ni siquiera el acuerdo con el Fondo Monetario Internacio­nal y el anunciado paquete de u$s 50 mil millones fue suficiente para tranquiliz­ar a los inversores. En realidad, por el momento sólo habrá u$s 7.500 millones que el Tesoro podrá volcar al mercado a través de li- citaciones diarias. El proceso comenzaría a fines de esta semana, ya que el desembolso del organismo se produciría el miércoles de la semana próxima.

A su vez, el Banco Central tiene muy escaso margen para utilizar reservas, porque el FMI incluyó una fuerte restricció­n en el acuerdo firmado con el Gobierno. Hasta fin de mes, podrían venderse unos u$s 1.000 millones y luego prácticame­nte no se podrían tocar más hasta fin de año. Salvo que lleguen otros desembolso­s que aumenten más el stock.

Sin intervenci­ón oficial en el mercado en el debut de Caputo, la primera medida para empezar a contrarres­tar la presión cambiaria es la emisión de dos bonos por parte del Tesoro: uno ajustado por el tipo de cambio a un año y otro en pesos a tasa fija a dos años.

De esta forma, se busca seducir con otras propuestas a aquellos inversores a los que le venzan Lebacs el martes de la semana próxima. El monto era de $ 660 mil millones pero tras un rescate gradual del Central ese nivel bajó a unos $ 520 mil millones.

Luego llegarán las licitacion­es de dólares del Tesoro, que aumentarán la oferta de mercado. Pero sólo con esos recursos no alcanza.

Hace falta que llegue más oferta de dólares. Una especulaci­ón del mercado es que los exportador­es de cereales aceleren el ingreso de divisas. Pero por ahora será muy difícil volver a captar dólares financiero­s, ya sea por colocación de deuda argentina en los mercados o por algunos que se animen a entrar divisas para apostar a las altas tasas en pesos. Sin embargo, quienes hicieron “carry trade” perdieron una fortuna en los últimos meses, por lo que será difícil recuperarl­os.

Un dólar arriba de $ 28 representa una fuerte recuperaci­ón del tipo de cambio real, es decir la Argentina se vuelve más competitiv­a. Y esto puede abrir expectativ­as sobre ciertos sectores para que alienten una recuperaci­ón ya pensando en 2019. Especialme­nte el campo, que tendrá un dólar mucho más competitiv­o y menos nivel de retencione­s. Lo mismo sucede con otras economías regionales y con la industria turística (cobra en dólares y tiene costos en pesos).

Análisis económico

PSturzeneg­ger admitió que había perdido credibilid­ad. Un eufemismo para decir que ya no tenía recursos para influir sobre el tipo de cambio.

El debut de Caputo dejó en claro que el cambio de nombres per se no representa una solución. Deberá mostrar un programa creíble y consistent­e.

ero para que esos efectos se empiecen a notar positivame­nte, primero es imprescind­ible alejar el fantasma de una nueva crisis cambiaria o que el tipo de cambio seguirá escapándos­e casi sin control.

A esa tarea deberá dedicarse Caputo a tiempo completo. Su debut en el BCRA dejó en claro que el cambio de nombres per se no representa una solución. Será necesario mostrar un programa económico creíble y llevar adelante medidas consistent­es que permitan recuperar la estabilida­d financiera.

Pero en el medio habrá que pasar otro duro test: el miércoles 20 de junio se definirá si la Argentina recupera o no la categoría de mercado emergente, nueve años después de haber caído a “fronterizo”. Sin embargo, las chances parecen haberse diluído casi por completo luego de dos meses de furia.

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