Bahía otra vez hace foco en el caso Bobinas Blancas
¿Por qué ahora la lupa está puesta sobre Sea White?
Otro capítulo de la investigación por el caso en el que se incautó casi una tonelada y media de cocaína en la ciudad se suscitó ayer en Bahía, mediante tres allanamientos en los que la Policía Federal secuestró prueba documental. Tuvieron lugar en el municipio, el Parque Industrial y la empresa marítima Sea White.
Una importante cantidad de prueba documental secuestró ayer, en el marco de tres allanamientos en Bahía, la división Operaciones Federales de la Policía Federal Argentina, en un nuevo capítulo de la investigación por el caso Bobinas Blancas, que hace poco más de un año permitió el secuestro de casi una tonelada y media de cocaína en nuestra ciudad.
Los operativos fueron ordenados por el juez federal de Campana, Adrián González Charvay, quien procura reconstruir la ruta de las bobinas metálicas que fueron encontradas -acondicionadas para la exportación y con los panes de droga en su interior-, el 18 de junio de 2017.
Los operativos de la víspera tuvieron lugar en el Parque Industrial -donde se secuestró la droga-; la Asesoría Letrada de la Municipalidad -de donde se llevaron documentación de la empresa que tenía a cargo el galpón del Parque Industrial-; y en la empresa marítima Sea White, que tiene como titular a Adrián Forte, actual integrante del directorio del Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca. A su vez, el abogado de la firma es el presidente del ente portuario, Miguel Donadío.
Sea White había tenido poco protagonismo hasta el momento en el marco de la causa y se presume que el juez busca acreditar por qué motivo las bobinas pasaron por allí antes de llegar al Parque Industrial. Hay cosas que no cierran.
Hasta enero de 2017, las bobinas estaban en el galpón de la compañía Guasch SRL, en la calle Indio al 1500, adonde habían llegado procedentes de Buenos Aires.
Los mexicanos que operaban comercialmente con los Guasch -los 3 hermanos están vinculados con la causa aunque con una falta de méritoles habían pedido trabajar con esas bobinas dentro de su depósito con disponiblidad las 24 horas, con llaves para ellos y sin la presencia de cámaras ni empleados de seguridad.
Sin embargo, los Guasch se negaron -al suponer que podía existir una operación ilícita- y los mexicanos retiraron el material.
Ahí “entra en acción” Sea White. Un camión de esa firgún ma se encargó de trasladar los elementos desde el Grupo Guasch: se llevó los contrapesos con sus tapas, la media máquina y las herramientas hacia instalaciones de White Multimodal, firma integrante del grupo Sea White, que está a unos 4 kilómetros de donde finalmente se encontró la droga.
La tramitación corrió por cuenta de la empresa mendocina Minerales Aconcagua, de los hermanos Cuello (Marcelo y Darío están con prisión preventiva), con la intermediación del despachante de aduanas Mateo Spencer Talbois, quien en al- tramo de la causa figuró con pedido de captura, que después quedó sin efecto.
El misterioso paso previo hacia el Parque Industrial
Lo extraño del caso es que los Cuello ya habían arrendado el galpón del Parque Industrial donde apareció la cocaína.
Según acreditó la Policía Federal y consta en la causa, habían firmado un contrato con la firma Cedimad, una maderera que para 2015 estaba fuera de servicio.
El permiso, por 6 meses, se concretó el 12 de julio de 2016 y fue prorrogado por igual plazo en enero de 2017.
Por eso no está claro por qué y para qué las bobinas fueron llevadas a Sea White y luego al Parque Industrial, si este último galpón ya estaba alquilado y se podrían haber trasladado de manera directa, incluso por razones de seguridad, teniendo en cuenta el objetivo que perseguían.
De hecho, el convenio entre los Cuello y Cedimad supuestamente vencía a fines de junio, es decir después del día 18, cuando se desarticuló a la organización.
Esa es una de las dudas que busca despejar de manera concreta el juez González Charvay, según trascendió.
Desde el lunes, con la documentación secuestrada, el magistrado de Campana comenzará a evaluar la ruta de las bobinas y tratar de despejar algunos interrogantes.
Todo se inició por un dato que aportó la DEA
La investigación se inició en marzo del año pasado, cuando la Policía Federal Argentina recibió un informe de la Drug Enforcement Administration (DEA) de los Estados Unidos.
Ese alerta advertía sobre la posible existencia de una organización narcocriminal de gran escala, vinculada a actividades de exportación de estupefacientes a España y Canadá, camuflada en bobinas de acero que, al parecer, iban a salir por el puerto de Campana.
Luego de tareas de vigilancia encubierta y otras medidas, se registró el operativo de la noche del 18 de junio del año pasado, que permitió el secuestro de 1.375,89 kilos de cocaína en 8 bobinas que estaban depositadas en el citado galpón del Parque Industrial local.
En el marco del mismo
procedimiento -que incluyó más de 35 allanamientos- se encontraron otros 486,28 kilos de la droga en un depósito en manos de los Cuello en Luján de Cuyo, Mendoza.
Si bien la primera información daba cuenta de la salida por Campana, nunca se pudo probar ese extremo.
De hecho, siempre estuvo latente la posibilidad de exportación por la terminal bahiense, más que nada por la proximidad con el Parque Industrial.
Por el caso, la justicia de Campana, con la confirmación de la Cámara Federal de San Martín, procesó a varias personas, entre ellas cuatro mexicanos, dos de los cuales estuvieron viviendo de manera transitoria en nuestra ciudad.
Los 3 hermanos Guasch y el despachante de aduanas bahiense Damián Limanski están con falta de mérito.
A principios de mes, uno de los supuestos cabecillas de la organización, Rodrigo Alexander Naged Ramírez, fue asesinado a tiros junto a su hijo en un departamento del barrio porteño de Belgrano, hecho por el cual fue detenida su abogada.