La Nueva

Chalet La Floresta

- CON LAS FORMAS DEL AYER por Mario Minervino mminervino@lanueva.com

Hace 106 años, en julio de 1912, quedó inaugurado el chalet La Floresta, una de las obras arquitectó­nicas más atractivas de su época.

La idea del vecino Apolinar Bañuelos de construir, en su quinta detrás del Parque de Mayo, su vivienda familiar, era prueba de la confianza que tenía, con el tiempo, el sector-por entonces despoblado-estaría llamado a convertirs­e “en el Palermo bahiense”.

La obra sumaba su calidad arquitectó­nica a las primeras casas construida­s en la avenida Alem y en el barrio parque Adornado (hoy Parque de Mayo).

La obra fue proyectada por el arquitecto Joaquín Sauri, nativo de Barcelona, cuyas obras -al decir de una crónica- “figuran honrosamen­te en el capítulo de las más elegantes, bien dispuestas y meDe jor inspiradas” de la ciudad.

Actuaron como constructo­res los hermanos Nicolás y Gerardo Pagano, quienes, para aquella época, ya habían ejecutado trabajos como el palacio municipal, el hotel Sudamerica­no (Colón y Brown) y la sede del club Argentino (Colón y Vicente López).

acuerdo con la definición del propio Sauri, el estilo de La Floresta era “Luis XIV modernizad­o”, aunque hoy se lo podría ubicar dentro de la estética art nouveau.

Contaba con sótano, planta baja, vestíbulo, hall de 84 metros cuadrados con escalera principal, sala, antesala, toilette, escritorio y cocina- y planta alta, donde se ubicaban los dormitorio­s, el departamen­to para huéspedes, cuartos de vestir y baños.

Remataba el chalet un mirador que permitía generosas visuales.

La vivienda tenía sistema completo de calefacció­n y servicio de energía eléctrica.

La Floresta, obra incluida en nuestro patrimonio arquitectó­nico, es desde fines de la década del 40 sede de la Sociedad Sportiva.

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