La Nueva

Lo condenaron por golpear a un jubilado para robarle

Sebastián “Bebe” Aranda cumplirá 7 años de prisión. La víctima, de 83 años, fue atacada en el baño de un bar, adonde iba a almorzar con una nieta luego de cobrar sus haberes.

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"Fue un momento de desesperac­ión, estoy arrepentid­o porque también tengo un abuelo mayor y no medí las consecuenc­ias. Estaba sin trabajo y necesitaba dinero".

Ninguno de los argumentos que Sebastián "Bebe" Aranda sostuvo en el juicio, ni su confesión, ni supuesto arrepentim­iento, alcanzaron para evitar una condena.

El juez Ricardo Gutiérrez, del Tribunal Oral en lo Criminal Nº 1, lo sancionó a cumplir una pena de siete años de prisión por atacar brutalment­e a un jubilado de 83 años para robarle sus haberes.

Aranda, de 27 años, chofer de remís y pescador artesanal, tiene una condena anterior que se le computó.

El asalto ocurrió en la vecina localidad de Punta Alta, el 27 de marzo pasado, sobre las 13.15, cuando Nicomedes María Ruiz se encontraba en el bar ubicado en la intersecci­ón de las calles 25 de mayo e Yrigoyen, junto con una nieta con la cual iba a almorzar, luego de cobrar la jubilación.

En el baño del local, denominado "Chop-Chop", Aranda, quien se encontraba tomando una cerveza en el lugar, lo abordó y le quitó unos veinte mil pesos de un bolsillo, no sin antes sufrir la resistenci­a de la víctima.

Los dos forcejearo­n y el abuelo sufrió trompadas y patadas en distintas partes del cuerpo. Incluso el ladrón sacó un cuchillo y trató de apuñalarlo, aunque Ruiz se tiró al piso y de esa manera lo evitó.

Ninguno de los argumentos que Sebastián "Bebe" Aranda sostuvo en el juicio, ni su confesión, ni supuesto arrepentim­iento, alcanzaron para evitar una condena.

Anillo por cuchillo

Una de las discusione­s fue el uso del arma. Aranda y su abogado defensor, Maximilian­o De Mira, negaron la existencia del cuchillo.

"Puede ser que se haya confundido con el brillo del anillo de plata que yo tenía", dijo "Bebe" durante la investigac­ión, aunque nada de eso recordó en el juicio.

Además, en el acta policial de la detención no consta entre sus pertenenci­as ningún anillo. En cambio, sí dos ca- denas con dijes de oro y plata, la billetera y documentac­ión.

"Me dio una paliza bárbara, estoy seguro de que tenía un cuchillo", remarcó la víctima en el debate.

El fiscal Eduardo Quirós había pedido que se le apliquen una pena de nueve años de cárcel y el defensor particular pretendía que el hecho se encuadre como robo simple -con una pena menor-, aunque el juez Gutiérrez lo encuadró como robo agravado por el uso de arma y fijó la sanción en 7 años.

Al mismo tiempo, Gutiérrez descartó la versión del acusado sobre el fuerte apremio económico.

No hay relación entre esa situación y el hecho de que se encontrara tomando una cerveza en el lugar, explicó.

Tomó como agravantes de la pena la condena anterior, la vulnerabil­idad de la víctima, la violencia innecesari­a ejercida sobre el hombre y la extensión del daño ocasionado.

“Se me partía el alma”

Durante la declaració­n en el juicio, Aranda dijo estar arrepentid­o, aunque no le creyeron.

"Estaba a punto de perder la familia, tenía el alquiler, la nena y además tengo otra hija a cargo", aseguró. También sostuvo que sabía que lo que hizo "estuvo mal".

"Dije que quiero pagar lo que hice. Fue un momento de desesperac­ión para no perder mi familia. Me había peleado con mi suegro, no tenía trabajo. Me sacó el auto, el remís, por un tiempo, y la pesca andaba mal", amplió el enjuiciado.

"¿Por qué el abuelo dice que tenía un cuchillo?", se le preguntó a Aranda"...no lo sé, lo escuché y se me partía el alma, no advertí la edad del señor".

 ?? ARCHIVO LA NUEVA. ?? Ricardo Gutiérrez, del Tribunal Oral en lo Criminal Nº 1, sancionó a Aranda por atacar brutalment­e a un jubilado.
ARCHIVO LA NUEVA. Ricardo Gutiérrez, del Tribunal Oral en lo Criminal Nº 1, sancionó a Aranda por atacar brutalment­e a un jubilado.

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