Por qué todavía Bahía y la región están al margen de la zona fría
Los constantes aumentos en el servicio y las bajas temperaturas registradas en los últimos días volvieron a dar impulso a un tema relevante, que impacta en el bolsillo de la gente. Diferentes especialistas brindaron sus opiniones y aseguraron que están dadas las condiciones para poder aplicar el beneficio.
El interrogante viene desde hace años pero después de los tarifazos dispuestos desde el gobierno nacional y las bajísimas temperaturas propias de esta parte del año, volvió a tomar especial relevancia y se puso nuevamente sobre el tapete.
Más allá de los promedios anuales históricos, Bahía Blanca y la zona sufren en los meses más fríos del año temperaturas medias bajas que orillan el cero absoluto, con mínimas que -de acuerdo a datos oficiales del Servicio Meteorológico Nacional- se encuentran por debajo del punto de congelación.
Sin embargo, lejos está de considerarse a nuestra ciudad y al sudoeste bonaerense -salvo Patagones, claro está, por su condición de municipio integrante de la Patagonia Argentina- como una zona fría, y mucho menos brindarle algún beneficio al respecto, aunque más no sea una tarifa especial para el servicio de provisión de gas.
Razones para hacerlo hay, y de sobra: hoy municipios con el estatus de patagónicos como Santa Rosa (La Pampa) y Viedma (Río Negro) tienen promedios anuales de temperaturas bajas de 9,2ºC y 7,8ºC, respectivamente. Pero Bahía Blanca tiene 9ºC, Pigüé 7,6ºC y Coronel Suárez 6,9ºC. Incluso, estas dos últimas ciudades pertenecen nominalmente a una zona de bajas temperaturas, pero (casi) nunca recibieron ningún beneficio al respecto.
Aunque -grado más, grado menos- las temperaturas sean similares en un área definida a partir de un radio de unos 300 kilómetros con centro en Bahía Blanca, la única real diferencia se nota mes a mes, cuando llegan los resúmenes de consumo de gas.
En esta última cuestión se observan varias diferencias. Dependiendo del lugar/subzona en la que se encuentre cada población, la categoría residencial que integre tendrá un cargo fijo de consumo y un valor por metro cúbico correspondiente a cada una de ellas. El rango que implica pertenecer a cada categoría también varía, y mucho.
Por ejemplo, en Juan A. Pradere, una pequeña localidad ubicada al sur del río Colorado, ser consumidor R1 significa utilizar hasta un máximo de 1.700 metros cúbicos de gas anuales, con un cargo fijo de poco más de 100 pesos mensuales y un valor por m3 de 2,2 pesos. Apenas al norte del Colorado, en Pedro Luro -al igual que en Bahía Blanca-, ser R1 implica no gastar más de 900m3 al año, un cargo fijo de poco más de 126 pesos y abonar $4,42 por metro cúbico. En Jacinto Aráuz, La Pampa, a unos 130 kilómetros de nuestra ciudad, la categoría R1 significa un máximo de mil metros cúbicos, 146,5 pesos de cargo fijo mensual y 2,69 pesos por metro cúbico consumido.
Entonces, si las diferencias de temperatura son prácticamente inexistentes y en muchos casos termina primando el hecho de que algunos territorios son considerados Patagonia, ¿por qué Bahía Blanca y su zona de influencia pagan más que otros sitios de condiciones climáticas similares?
“Hace 30 años que estamos tratando de declarar zona fría al distrito, pero hemos fracasado en todos los intentos Nueva. -reconoció a La el intendente de Saavedra, Hugo Corvatta-. Ni siquiera nos hemos aproximado”. Reclamos similares se han elevado desde otros municipios de la región, pero todos han caído en saco roto.
Por su parte, para el abogado y extitular de la OMIC Bahía Blanca, Matías Italiano, la cuestión es simple: se trata de una decisión política.
“Que el partido de Bahía Blanca sea declarado zona fría traería aparejado otros beneficios tales como fiscales, impositivos y previsionales. Desde 2012 vengo realizando innumerables gestiones administrativas, lo he pedido en todas las audiencias públicas que se realizaron, he presentado varios proyectos en el Concejo Deliberante y hasta me he reunidos personalmente con altos representantes del ministerio de Energía”, recordó.
Además, mencionó un estudio realizado por la investigadora superior del Conicet y profesora de la UNS, la doctora Cintia Piccolo, que determinó que esta ciudad posee en gran parte del año bajas temperaturas y que, luego de un análisis comparativo, preliminar y expedido de las temperaturas mínimas absolutas en Neuquén, Santa Rosa y Bahía Blanca, demostró que las tres ciudades presentan similares condiciones meteorológicas invernales.
“Los bahienses estamos siendo perjudicados con el cuadro tarifario vigente, que resulta abusivo, desproporcionado y, sobre todo, discriminatorio mediante la vigencia de las últimas resoluciones de aumento del gas”, consideró.
“Frente a igual condición climática, un usuario de Bahía Blanca que consume 1.650 metros cúbicos anuales está en la categoría R3; mientras que uno que está en Neuquén y tiene la misma medición, es categoría R1”, añadió.
Según Italiano, esto se trata de un caso de discriminación y por ello recientemente realizó una presentación ante el Poder Judicial.
“Desde el punto de vista objetivo, Bahía Blanca tendría que ser beneficiada por ser zona fría, ya que tiene temperaturas bajas que implican un mayor consumo de gas. Por ello, en la presentación se plantean cuestiones que terminan siendo una decisión política, como la ampliación del rango para las distintas categorías. Si la Justicia determina que hay un acto de discriminación, es lo mínimo que debería hacer el gobierno nacional”, dijo.
En ese sentido, explicó que “el gobierno nacional está reconociendo que el cuadro tarifario es excesivo al permitir pagar en cuotas las boletas de los meses más fríos” del año.
“Objetivamente, nuestra ciudad cumple con los requisitos para quedar encuadrada dentro de los beneficios. Ya hemos perdido mucho tiempo, y no debemos seguir haciéndolo”, consideró.
Por último, señaló que es un momento ideal para llevar a cabo este planteo, ya que se está empezando a delinear el presupuesto 2019.
“No solo tenemos que pensar en las familias, sino en muchas instituciones que cumplen un rol social y que tienen que hacer lo imposible para pagar la tarifa de un servicio público”, agregó.
La comuna de Villarino viene reclamando desde hace años el acceso a la categoría de municipio patagónico o, al menos, el ser declarado zona fría para acceder a los
El reclamo para que los municipios del sudoeste sean declarados zona fría es histórico. Sin embargo, las tarifas son similares al resto de la provincia.
mismos beneficios económicos y tributarios que tiene Patagones, su vecino del sur.
“No reclamamos en contra de nadie, sino que consideramos necesario que los dos distritos de una zona marginal de la provincia de Buenos Aires, tengan el mismo tratamiento”, reconoció su intendente, Carlos Bevilacqua.
Para el funcionario, se trata de una cuestión de justicia ya que el mismo gobierno nacional reconoce que en el kilómetro 714 -donde funciona desde hace años el puesto fitosanitario de Senasacomienza la Zona Patagónica Argentina.
“Patagones ha tenido esos beneficios desde hace varios años, y nosotros luchamos para que nuestro territorio, que posee una situación climática y socioeconómica similar, también pueda acceder a ellos”, añadió.
Una cuestión de mediciones
Más allá de la famosa declaratoria (o no) de zona fría, la cuestión radica también en la forma en que se realizan las mediciones y qué números se utilizan para determinar si una ciudad o una reconsecuencia, gión pueden acogerse a sus beneficios.
Por ejemplo, en la actualidad Bahía Blanca se encuentra fuera de esa zona por estar ubicada por encima de la isoterma de 15ºC –NdR: la media anual de los últimos 30 años es de 15,3ºC en nuestra ciudad-. Sin embargo, en los meses fríos del año, la curva de temperaturas medias mínimas de la ciudad es similar a las de otras localidades de la región, como Viedma, Pigüé o Coronel Pringles.
Entonces, el problema termina radicando en qué tan representativos son los valores estadísticos que se utilizan para segmentar o subdividir la región de acuerdo a sus temperaturas y, como determinar el valor de tarifas que paga cada una.
Para Verónica Gil y Jorge Gentili, doctores en Geografía y profesores adjuntos de la cátedra de Climatología del Departamento de Geografía y Turismo de la UNS, al tomar temperaturas medias como parámetro, se terminan enmascarando los valores extremos; en la práctica, 15ºC puede ser un valor anual medio para diferentes pares de valores medios mínimos y máximos (como por ejemplo: 14 y 16 grados o -10 y +40 grados).
De acuerdo a datos del Servicio Meteorológico Nacional, Bahía Blanca tiene 15,3ºC en promedio en los últimos 30 años, aunque se han registrado temperaturas absolutas de -11,8ºC (el 4 de julio de 1988) o de 43,8ºC (el 21 de enero de 1980).
“Desde abril a noviembre podemos contar con registros inferiores a 0ºC; es decir, posibles heladas meteorológicas –aseguró Gil, también investigadora adjunta del CONICET-. Entonces, el error es tomar un valor medio anual en una zona con tanta
En los meses fríos del año, la curva de temperaturas medias mínimas de Bahía Blanca es similar a las de otras localidades de la zona, como Pigüé oViedma.