Locche en el Salón
Hace 49 años, en julio de 1969, se presentó en el Salón de los Deportes el campeón mundial de los welter juniors, Nicolino Locche, “El intocable”.
Apenas siete meses antes, el 12 de diciembre de 1968, había obtenido el tercer título mundial para nuestro país, al derrotar, en memorable pelea, al hawaiano Paul Fuji.
Ídolo indiscutible, “pese a su desapego al gimnasio”, el mendocino esgrimía su “rara técnica boxística improbable de igualar”, según señaló este diario, que lo colocaba más cerca de ser un showman que un pegador.
Su presencia en nuestra ciudad sirvió para reanudar la actividad pugilística local, tras un largo receso, y celebrar los 25 años del Salón, el tinglado de Soler 444.Acompañado por el promotor Juan Carlos Lectoure y con su flamante entrenador, Carlos Cuello, Nicolino ofreció un combate exhibición, haciendo guantes con los púgiles locales Miguel Ángel Bravo, Héctor Méndez y Julio César Obregón, dos asaltos cada uno.
A poco de su arribo, fue agasajado por el Círculo de Periodistas Deportivos, junto a Luis y Ernesto Simonelli, propietarios del Salón y referentes del deporte de los puños en la ciudad.
La noche de su actuación, el campeón “demostró toda su gama de recursos”, con sus desplazamientos felinos, una velocidad vertiginosa y sus manos que, por momentos, eran “verdaderos latigazos”.
Todo esto, pese a que había “demasiado tejido adiposo en su cintura”. Aquel fue (quién puede dudarlo) un “espectáculo sobrio a la par que brillante”.
Nicolino, quien falleció 7 de septiembre de 2005 a los 66 años de edad, reinó en su categoría hasta 1972 y se retiró del ring en 1976.
Su cintura y sus esquives siguen siendo parte de la memoria grande del boxeo nacional.