Un colaborador de Macron quedó imputado por la justicia francesa
El colaborador en seguridad del presidente francés Emmanuel Macron, Alexandre Benalla, despedido por golpear a manifestantes y usurpar funciones policiales el 1 de mayo, fue imputado judicialmente, agravando una crisis política.
La justicia anunció que inculpó por el cargo de “violencia en reunión” a Benalla y a Vincent Crase, empleado del partido presidencial LREM, y ambos reservistas de la gendarmería.
También fueron citados ante un juez tres policías, sospechosos de haber entregado a Benalla imágenes de cámaras de seguridad, y que fueron acusados del delito de “desvío de imágenes de un sistema de video protección” y de “violación de secreto profesional”,
Los cinco imputados fueron colocados bajo control judicial.
Los incidentes ocurrieron el 1 de mayo durante las manifestaciones por el Día de los Trabajadores en París, cuando Benalla y Crase, que acompañaban como “observadores” a la policía, fueron filmados cuando golpeaban a manifestantes.
El hecho llevará hoy al ministro del Interior, Gérard Collomb, ante una comisión de la Asamblea Nacional para explicar el caso.
La mujer y el hombre agredidos durante esas manifestaciones pidieron ser interrogados posteriormente por los investigadores que llevan el caso.
Desde principios de la semana pasada cada día surgen nuevas revelaciones sobre los privilegios con los que contaba Benalla, que a sus 26 años era adjunto del jefe de gabinete de la presidencia y se ocupaba de tareas de seguridad, con una oficina en el Palacio del Elíseo y credencial para acceder a la sede de la Asamblea Nacional (Parlamento).
Mientras tanto, el presidente Macron sigue sin romper su silencio, enfrentado a la crisis política más grave desde su elección en mayo de 2017.
Según el semanario Le Journal du Dimanche, Macron habló por teléfono con Benalla, después de la revelación de este caso hecha por el diario Le Monde.