La Nueva

“Ir al psicólogo me ayudó mucho”, dijo Lucio Redivo, anoche, finalista en triples

El tirador participó del Juego de las Estrellas. Por qué seguirá en España y cómo fue decirle "no" a San Lorenzo.

- Fernando Rodríguez ferodrigue­z@lanueva.com

De la comodidad de tener servicio “puerta a puerta” a los entrenamie­ntos, a tener que movilizars­e por su cuenta; de la rica comida de su mamá, a aprender a cocinarse; de sentirse acompañado en los buenos y malos momentos a la soledad de un departamen­to; de jugar entre familiares y amigos, a tener que demostrar en el día a día porqué lo habían contratado; de ser un producto comprobado en la Liga Nacional, a ganarse minutos en España.

Cambios, muchos cambios vivió Lucio Redivo. Salió de la zona de confort. Aunque volvió a elegirlo.

-Tuviste una fuerte oferta económica de San Lorenzo para regresar a la Liga Nacional, pero decidiste continuar en España (¿en Lugo?). ¿Qué tan difícil es, a los 23 años, priorizar lo deportivo sobre lo económico?

-Siempre aposté a lo deportivo. Cuando era chico mi desafío era jugar la Liga Nacional, porque todos decían que no podía, etc., etc. Y llegar a la ACB fue un sueño hecho realidad. Por eso, elijo seguir en Europa. Estuve un año, me gustó el nivel y uno nunca sabe cuántas posibilida­des así pueden presentars­e. -¿Te entendiero­n en San Lorenzo? -Sí. Y me trataron de la mejor manera. Me hubiese gustado jugar; más que nada me dolió decir que no porque soy fanático de verdad de San Lorenzo, je.

Anoche, igual, fue local en Boedo, participan­do del torneo de triples en la 30ª edición del Juego de las Estrellas.

Lucio, campeón defensor, llegó a la final con Manuel Buendía. Pero tras un doble empate, finalmente ganó el jugador de Gimnasia (CR) 6-5.

El dolor de la lesión

Una lesión en el aductor derecho, marginó a Lucio de la Selección que jugó las últimas ventanas eliminator­ias.

-¿Qué enseñanzas te está dejando esta primera lesión importante, ya como jugador profesiona­l?

-Si bien es la primera lesión seria que sufrí fue difícil; cuando sentí el crac pensé que era un tirón cualquiera y seguí jugando un cuarto más. Y se me agravó. Esto me sirve para aprender que el físico te dice “hasta acá”. Sí traté de tomar lo positivo, que es parte del juego y hay que aprender a convivir con las lesiones.

-¿Habla de una madurez esta actitud de asumir que es parte del riesgo laboral?

-Siempre lo tuve asumido. Obviamente que cuando te pasa te ponés a pensar muchas cosas, como en mi caso, que me perdía la Selección, que tenía que estar en kinesiolog­ía, que me llevaría otro mes ponerme al cien por ciento y demás. Te genera dudas.

Cambio de juego

-¿Aprendiste a cocinar?

-Sí, je.

-¡Muy bien!

-Sí; avancé bastante.

-¿Algún plato en especial?

-Le preguntaba mucho a mi mamá y después viajaron a visitarme (con su papá), así que aproveché. Comí mucho pescado, que allá es espectacul­ar, aunque no lo cociné. Sí pollo, carne, verduras...

-Deportivam­ente, ¿Qué aspectos mejoraste?

-La defensa, aunque es un aspecto en el que debo seguir mejorando.

-¿Desde lo individual o lo táctico?

-Ellos desarrolla­n las dos cosas. Es una Liga en la que si no defendés, no podés jugar.

-Eso ya lo sabías antes de ir. ¿En qué situación puntual lo comprobast­e?

-Cuando empezás a entrenar, tus compañeros mismos te van retando o advirtiend­o. Y llega un momento que no si lo hacés, directamen­te no jugás. También, en ataque tengo que tratar de leer más pases, espacios... Aparte, allá hay hasta tres ayudas, se mueven bien y rápido. Practicaba muchos ejercicios de pick and roll y pases. Después, creo que en lo que más mejoré fue en lo mental. Ir al psicólogo me ayudó mucho.

-¿En qué puntualmen­te?

-Cuando estás solo, asumís más que se trata de un trabajo. Y la Liga tiene un ritmo diferente. Se juega una vez por semana. Cuando jugás con menos diferencia de días podés limpiar la cabeza rápido. Allá, jugás el domingo al mediodía; tampoco se usa mucho eso de visitar amigos, por lo que termina el partido y estás solo; encima, está todo cerrado. Entonces, te fijás: “voy a mañana”. Pero claro, es lunes y tenés toda la semana entrenando en doble turno.

-Te come la cabeza.

-¡Sí! Y si entrenaste toda la semana, jugaste mal y te pasa lo mismo a la siguiente, se cumple medio mes. Y capaz que al tercero no te ponen y, cuando volvés a jugar se hace un mes. Entonces, si no estás fuerte mentalment­e te venís abajo.

Los nervios de la semana

-¿Y cómo fue la adaptación en general?

-Muy bien. Los jugadores son muy buenos y salvo los que juegan Euroliga y Eurocup, el resto lo hace una vez por semana, entonces, cada partido es una final. Uno o 20 minutos, tenés que jugarlos al máximo. Todo el tiempo jugás exigiéndot­e y si te dormís, perdés. El tiempo que jugás lo hacés al cien por cien. Inclusive, este año pedí varias veces cambio. Cuando no podía más, salía.

"Un partido cambia todo. Y entrenás toda la semana, por lo que estás ansioso, nervioso preparando el juego, porque sabés que no tenés otra oportunida­d. Por eso, tomé cada entrenamie­nto como una oportunida­d, eran como una final. Fui con esa idea, sabiendo que no iba a jugar. Pero jugué muchísimo más de lo que imaginaba".

-Pasaste de jugar 30 minutos en la Liga a promediar 10. Y tenían que ser de calidad.

-Sí, aunque jugué más. Me sorprendí. Había firmado un contrato de tres años: el primero era para saber, el segundo para empezar a jugar y adaptarme un poco y en el tercero ya intentar ser protagonis­ta. A lo último jugué 20/22 minutos. Contra Canarias jugué más de 30. Pero esos partidos terminé muerto. Llegué a casa y me acosté a dormir sin comer, je.

-¿La altura (1m83) fue una limitación?

-No. Lo compenso con la velocidad. Si bien son rápidos y atléticos, nunca se me cruzó por la cabeza. Muchos son más altos que yo, pero hay que encontrarl­e la mano para superarlos.

La experienci­a de perder

-¿Los buenos resultados a nivel individual tapan el descenso que sufrió el equipo (Bilbao Basket)?

-Obviamente que fue un momento feo, pero de todo se aprende. Traté de sacar la mayor cantidad de aspectos positivos. Estar en esa situación te ayuda mucho a crecer.

-¿En qué evidenciab­an los problemas económicos de la franquicia? Acá, por ejemplo, no tendrían para viajar y demás.

-Viajes, hoteles y demás, siempre lo mejor. Es más, particular­mente, pedí mantener mi dieta (alimentos libres de gluten), como en Bahía y en la Selección. Y siempre me lo respetaron. Nosotros nos concentráb­amos únicamente en jugar. No se puede reprochar nada. Me llevé una gran sensación de todo, de la gente, de la ciudad y un tremendo club. Me hubiera encantado seguir ahí. Estaba muy a gusto.

Lucio cambiará de equipo, aunque seguirá tirando en España, más allá de que anoche volvió a sentirse local en la Argentina…

Allá, (España) jugás el domingo al mediodía; tampoco se usa mucho eso de visitar amigos, por lo que termina el partido y estás solo.

 ?? FOTOS: RODRIGO GARCIA-LA NUEVA. ?? "Estuve un año, me gustó el nivel y uno nunca sabe cuántas posibilida­des así pueden presentars­e", dijo Lucio. Los motivos de su continuida­d en España.
FOTOS: RODRIGO GARCIA-LA NUEVA. "Estuve un año, me gustó el nivel y uno nunca sabe cuántas posibilida­des así pueden presentars­e", dijo Lucio. Los motivos de su continuida­d en España.
 ??  ?? Como en casa, cada vez que Lucio vuelve a la ciudad no sólo se da una vuelta por Pacífico, también por el poli de Bahía Basket.
Como en casa, cada vez que Lucio vuelve a la ciudad no sólo se da una vuelta por Pacífico, también por el poli de Bahía Basket.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina