La Nueva

River debutó con una goleada ante Central Norte en la Copa Argentina

Sabatini marcó el gol del título cuando apenas quedaban 5 minutos y el rojinegro pudo celebrar en su cancha.

- Fabián O. Rodríguez farodrigue­z@lanueva.com

Yen una tarde fría de invierno, Sporting se sacó varios años de mufa. Cuando parecía que iba a tener que seguir sufriendo hasta el final, llegó el agónico gol de Mauro Sabatini con apenas 5 minutos por jugar y desató la felicidad rojinegra que se hizo esperar.

Con cambios de mando en el desarrollo del juego, el local pudo quebrar a Tiro Federal en los extremos del partido y le ganó 2 a 1 para llevarse legítimame­nte el torneo Apertura liguista.

Claro que antes de poder coronarse tuvo que sufrir a un adversario que nunca se entregó pese a las adversidad­es que le presentó el juego. Incluso, encontró el desahogo cuando el cotejo tenía destino de suplementa­rio.

El flamante campeón fue levemente superior a su rival, aunque tuvo algunos baches en cuánto al dominio territoria­l que ejerció en buena parte del cotejo.

La tarde comenzó a pedir del rojinegro. Tras una fiesta en las tribunas, se puso en ventaja a los 2 minutos como para comenzar a derribar los fantasmas de la ansiedad. Linares abrió para Rosas, éste mando un centro preciso al segundo palo y Castellano definió con jerarquía cru- zando el disparo a contramano de Schmidt.

El local mantuvo el ímpetu inicial, pero el cotejo comenzó a emparejars­e con el correr de los minutos. Y cuando se bajaba el telón del primer acto, Matías López se equivocó en la salida, Santiváñez se filtró, aunque no definió bien en la chance más clara de Tiro en todo el primer tiempo. Incluso, el defensor rojinegro sujetó al pibe del auriviolet­a sin sanción mediante.

Con Mancinelli en cancha (luego se iría lesionado), la visita se paró mejor en el segundo tiempo. Y llegó otra polémica. Santiváñez se filtró por la franja izquierda, mandó el centro y el envío de Santi López encontró la mano de Walker, que Nebbietti juzgó sin intención.

Pero dicha maniobra fue un aviso de que el auriviolet­a lucía muy mejorado. Y encontró la paridad con una de sus armas preferidas: la pelo- ta parada. El especialis­ta Damiani le dio con rosca en un tiro de esquina y Brunelli metió un gran cabezazo cruzado para el 1 a 1.

Fue un mazazo para el anfitrión, que intentó recomponer su línea rápidament­e.

Incluso, un testazo de Rosas se fue apenas arriba tras un balón detenido de Linares.

Luego del cimbronazo, la escuadra de Ortiz comenzó a amigarse con el balón y volvió a recuperar el dominio.

Rosas dispuso de un par de ocasiones, pero no estuvo del todo fino en la definición, al tiempo que el elenco de Pablo Recalde perdía a Seba Mancinelli por lesión.

Pero cuando el cotejo co- menzaba a encaminars­e al tiempo suplementa­rio, llegó el desahogo con el gol de Sabatini. Rosas descargó para Burgos –pareció arrancar un pasito adelantado, aunque el línea Felipe Zonco lo habilitó-y mandó un centro rasante para que Sabatini estirara su pie en el segundo palo y desatara la locura rojinegra tan esperada.

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Juntos fueron dinamita. Sabatini (13 goles) y Rosas (7 conquistas) marcaron 20 de los 32 tantos del rojinegro en el Apertura liguista. Una dupla indomable.
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