Un espectáculo doble y celestial
El planeta rojo y la “luna de sangre” se aliaron ayer para generar el eclipse lunar más largo del Siglo XXI.
El eclipse lunar más largo del siglo XXI empezó a teñir de rojo ayer el satélite, mientras que Marte, casi en su punto más cercano a la Tierra, brillaba con todo su esplendor.
El doble espectáculo pudo observarse a simple vista, sin necesidad de protección como ocurre con los eclipses de Sol, con la salvedad de las nubes.
“Lo único que tienen que hacer es... salir”, animó a los aficionados la Royal Astronomical Society de Londres.
El eclipse, que corresponde al momento en que la Luna se sumerge en la sombra de la Tierra, pudo verse total o parcialmente en medio mundo: África, Europa, Asia y Australia.
En todos los países concernidos se organizaron actividades para observar el fenómeno.
En América Latina el eclipse fue visible en la penumbra crepuscular de ayer en la costa oriental del continente, en Brasil, Uruguay y Argentina, pese a que el invierno austral complicó la observación del fenómeno.
En Madrid se propuso a los habitantes de la capital disfrutar del espectáculo junto a un lago en el gran parque de Pradolongo, al sur de la ciudad, durante un evento amenizado por el artista español de música electrónica Pional.
Para que tenga lugar un eclipse de Luna se necesita una alineación casi perfecta entre el Sol, la Tierra y la Luna. Así, cuando nuestro planeta se encuentra entre la estrella y el satélite, proyecta su sombra sobre la Luna oscureciéndola.
La Luna llena entra poco a poco en la penumbra y después en la sombra para encontrarse totalmente a oscuras antes de salir progresivamente de dicha zona.