Un tratamiento mejora la progresión de un tipo de cáncer de pulmón.
Según los estudios realizados recientemente, mejora la progresión. La primera línea está destinada a pacientes de células no pequeñas metatásico ALK positivo.
Una nueva opción terapéutica para pacientes con un subtipo de cáncer de pulmón, ya se encuentra disponible en el país y, según los estudios realizados, triplica la supervivencia libre de progresión.
Se trata de alectinib, una terapia que recibió recientemente la aprobación de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) como primera línea de tratamiento en pacientes con cáncer de pulmón de células no pequeñas metastásico, ALK positivo.
Este tratamiento demostró reducir el riesgo de progresión de la enfermedad y muerte en un 57% en comparación con el tratamiento actual y a su vez logró que los pacientes permanezcan casi tres años sin progresión de su enfermedad.
El cáncer de pulmón se clasifica según el tamaño de las células bajo el microscopio y el tipo más común es el “cáncer de pulmón de células no pequeñas” que representa el 85% de los casos.
Este a su vez, es causado por múltiples y diversas alteraciones genéticas tales como: ALK, EGFR, KRAS, entre otras. Al descubrir la existencia de múltiples tipos de cáncer de pulmón desde el punto de vista molecular, se comenzaron a desarrollar tratamientos específicos dirigidos a cada alteración o grupo de alteraciones genéticas.
La alteración genética ALK está presente aproximadamente en el 5% de los pacientes con cáncer de pulmón de células no pequeñas, y es la responsable del crecimiento y la diseminación del cáncer.
Se presenta mayormente en mujeres adultas no fumadoras o que han fumado poco.
Son también pacientes que suelen desarrollar resistencia a la terapia estándar dentro del primer año de tratamiento y el 60% desarrollará metástasis en el sistema nervioso central (SNC).
Estudios realizados en Latinoamérica demuestran que cerca del 6% de personas con cáncer de pulmón pueden tener este tipo de rearreglo genético, que en términos porcentuales puede parecer poco pero en términos de personas es un número significativo.
Pensemos que detrás de la mutación EGFR, que estimamos afecta al 12% de los pacientes, el ALK es la segunda alteración genética más común tratable.
La aprobación en primera línea de tratamiento, se basa en los resultados de seguimiento a largo plazo (2 años) del estudio de fase III “ALEX” que demostró que como tratamiento inicial alectinib, reduce significativamente el riesgo de progresión de la enfermedad y muerte en un 57% en comparación con crizotinib, tratamiento de primera línea actual.
Alectinib demostró también triplicar la mediana de
supervivencia libre de progresión, esto significa que los pacientes con este tipo de cáncer de pulmón, lograron permanecer casi tres años sin que su enfermedad progresara.
En personas sin metástasis en el sistema nervioso central, la mediana de supervivencia libre de progresión evaluada con alectinib fue de 34,8 meses en comparación con 14,7 con crizotinib.
A su vez, la mediana para las personas con metástasis en el sistema nervioso central con alectinib fue de 27,7 en comparación con 7,4 meses con crizotinib. Alectinib es el primer y único inhibidor de ALK que efectivamente trata y protege contra las metástasis cerebrales y reduce el riesgo de progresión en el sistema nervioso central en un 84%.
Santiago Ponce Aix, médico oncólogo de la Unidad de Investigación Clínica de Cáncer Pulmón del Centro Nacional Investigaciones Oncológicas de Madrid, España, de visita en el país para participar del encuentro de la Asociación Argentina de Oncología Clínica (AAOC), dijo que “es sin dudas, un estudio fuertemente positivo para los pacientes”.
“Pensemos que hasta antes de 2007, ni siquiera se conocía esta anomalía genética. Es positivo en términos de eficacia, demostrando mayor potencia contra la enfermedad. Positivo en términos de duración de la respuesta, demostrando un aumento de la sobrevida libre de progresión. Positivo en términos de protección cerebral, demostrando mayor eficacia de la terapia en pacientes con metástasis cerebrales y disminución de aparición de las mismas en aquellos pacientes que no las presentan de inicio. Y finalmente positivo en términos de efectos secundarios, demostrando un mejor perfil de tolerancia”, explicó.
El cáncer de pulmón es el más mortal de todos los cánceres, siendo responsable de 20% de los fallecimientos por esta enfermedad.
En el mundo se producen anualmente unos 1,8 millones de casos.
“Vivimos momentos de optimismo en base al aumento de la esperanza de vida de los pacientes, sin embargo debemos continuar con más esfuerzo, si cabe, con los programas de investigación clínica y en programas amplios de biopsias seriadas que permitan conocer mejor a nuestro enemigo: el cáncer”, concluyó Santiago Ponce Aix.
El cáncer de pulmón se clasifica según el tamaño de las células bajo el microscopio y el tipo más común representa el 85% de los casos.