El uso de la psicología al servicio de la justicia
“La pericia es una prueba, un método para comprender un hecho o una conducta”, manifestó sobre el tema la licenciada forense Paula Kraser.
La justicia se vale de distintas ciencias en el proceso de búsqueda de la verdad, y la psicología es una de las que más aporta al momento de analizar un hecho o la conducta de una persona.
“El informe pericial es una prueba que no es vinculante, es decir, el juez no está obligado a considerarla. El magistrado es considerado el perito de peritos, y puede apartarse de las conclusiones periciales, para no delegar justicia. Pero si se aparta debe fundamentar su decisión”, comentó la psicóloga forense Paula Kraser.
Agregó que los peritos son consultados cuando se necesita “establecer un diagnóstico o aclarar una situación conflictiva”.
En al ámbito de la provincia de Buenos Aires, el ejercicio profesional de la psicología está regulado por la Ley 10.306, sancionada el 1 de agosto de 1985.
"En el articulado de dicha norma se sostiene la licitud del perito psicólogo como auxiliar experto del juez".
Kraser, quien disertó sobre el tema junto al camarista Guillermo Giambelluca y el auxiliar letrado de la fiscalía Federico Arrué, dijo que “un perito psicólogo opina científicamente sobre psicología en contingencias judiciales. Tenemos distintas incumbencias en el proceso”.
“La pericia es una prueba, un método para comprender un hecho o una conducta. Es necesario que esa prueba tenga validez y este fundada. Como la tarea es enviada por un juez, deberá estar reglada por aspectos formales, al ámbito y exigencias jurídicas”, refirió.
Características
Kraser admitió que la efectividad de las pericias “depende de la idoneidad del perito. No solo en su formación, sino también en la elección de las técnicas psicodiagnósticas, su implementación e interpretación”.
Consideró que estar capacitado “supone la actuación responsable, el cumplimiento de su tarea y de los términosestablecidos.Estoincluye la neutralidad debida, cuyo informe desarrollará la descripción de lo visto junto con el conocimiento científico elaborado. Todo veredicto apartado de estas premisas, seguramente carecerá de rigor científico y efectividad”.
Al mismo tiempo, comentó que “es importante realizar la actividad con responsabilidad, teniendo en cuenta la repercusión que puede tener el informe en la vida de las familias intervinientes. La evaluación tiene repercusión forense también en perspectiva”.
Frente a la posibilidad de que la persona que es sometida a una pericia intente falsear los resultados, sentenció que “está en la experiencia del perito y el equipo de trabajo detectarlo”.
“Por lo general el periciado intenta falsear a la verdad, ya sea para parecer mejor de lo que está o todo lo contrario, según el caso de autos. Es decir, que la simulación y disimulación son moneda corriente. Lo importante es detectar el engaño: estar alerta a los cambios fisiológicos, la conducta no verbal, y análisis de lo verbal”, explicó.
Respecto a las críticas que han manifestado algunos defensores en determinados casos, sostuvo que “es aconsejable no tomárselas como personal. Ellos (por los abogados) defienden sus estrategias y honorarios, y no siempre nuestros informes van a ser favorable para todas las partes”.
“Muchas veces las críticas son constructivas o aclaratorias, lo que suma a la verdad judicial. También, en otros casos, considero que las impugnaciones son atinadas. No todos los que realizan pericias tienen la motivación y pasión por la actividad, por tal, sus informes son faltos de habilidad y experiencia. Siempre que se fundamenten técnicamente, no debiesen surgir inconvenientes que conlleven a nulidades o desistimientos”, finalizó.