Comercial, Villa Mitre, Olimpo, Liniers y Rosario ganaron en la Liga del Sur
Comercial dio el batacazo del año: venció 1-0 a Sporting y es líder del torneo Clausura con 2 jugados y 2 ganados.
¡ Lo que era el vestuario local! Todos cantaban, las paredes retumbaban y los chorros de agua caían como una bendición sobre un racimo de jugadores verdiamarillos que sentían, en carne propia, que habían dado el batacazo del año.
¿Comercial salió campeón? No, pero por los festejos pareció que si...
Le ganó a Sporting, al último monarca liguista, al mejor equipo de todos, al que pocos se le atrevieron a hacerle frente, y eso no es poca cosa.
Pero algo cambió en el mundo comercialino a la hora de planificar los partidos. Y no me refiero a la proyección táctica, a la estrategia o a la motivación que el equipo pueda recibir de parte del cuerpo técnico, auxiliares y allegados.
¿Y qué es entonces? La cábala a la que se aferraron, para este torneo Clausura, el entrenador David Gerbaudo y el Profe Mariano Alaniz.
La noche anterior al cotejo, se juntan a cenar y, de postre, "karaoke"... Sí, cantan solos o en familia.
"Es cierto, aunque David desafina un montón", contó Celeste, la esposa del orientador del conjunto portuario.
Al menos yo quise saber un poco más. Y, como a "Deivid" lo tienen como un hombre romántico y apasionado, no me asombró los tres temas que interpretó: "Colgando en tus manos" (a dúo con Celeste)", "La Chica del Ascensor" (de Ricardo Montaner) y "Perdiendo mi Religión" (de la banda de rock estadunidense R.E.M).
"Para el próximo fin de semana no vamos a cambiar, ni el lugar de encuentro, ni lo que hubo de comer (asado) ni los temas que cantó cada uno", señaló, feliz, el DT de este Comercial que, por primera vez en este 2018, consiguió dos triunfos seguidos.
Aunque el de ayer tuvo un valor anímico superlativo.
Porque el dueño de casa, en una cancha dura y muy despareja, nunca bajó la guardia frente a un rival "planchado", timorato y con individualidades que caminaron la cancha como fantasmas.
Comercial intentó jugar y romper líneas en todo momento, empujó cuando no le salió nada y cargó con bastante gente en cada pelota parada. Y se puso en ventaja con un balón que bajó Kessler de cabeza y que se chocó Javi Menéndez para batir su propia valla.
Así es el fútbol. El entusiasmo pudo más que el nivel futbolístico de un elenco rojinegro que nunca mostró el carácter de campeón.
En White sólo se escuchó música local, bien "melosa", porque en dos fechas, Comercial ya se enamoró de la vanguardia...