Adrián Percaz, el destacado de la región, en la fecha de TN de Toay.
Luego de un breve intervalo, un revitalizado Paisanito regresó a la actividad concluyendo 8° en la final de la Clase 3 y siendo el mejor piloto de la región. Tomás Pugnaloni no se quedó atrás...
Algunos todavía se resisten a aceptarlo, pero la alta imprevisibilidad que causa la marcada paridad existente en cada una de las competencias, hacen hoy del Turismo Nacional una de las categorías más espectaculares del país.
En tal sentido, que Adrián Percaz (Focus), de contrariado inicio de fin de semana, haya estampado su firma en el 8° puesto de la octava final del año de la Clase 3 con disputa en Toay (La Pampa), no causó ninguna sorpresa.
Por el contrario, la irrupción del Paisanito de Villalonga dentro de los 10 por tercera ocasión en el año, se debió además a la buena prestación del vehículo que prepara el equipo familiar, y que contadas veces le permitió retirarse de los circuitos sonriente...
“El día que pueda clasificar bien, tranquilamente estoy para subir al podio”, contó Adrián, autor de una memorable remontada comenzada en el 16° cajón de salida.
El trabajo de hormiga que Percaz gestó desde el inicio, se vio interrumpido en el último cuarto de carrera, momento en que no consiguió quebrar la férrea resistencia de Pedro Gentile (Corolla). No obstante eso, premio destacado para el Paisanito, quien en su regreso al volante (se ausentó en Termas) resultó el abanderado de la región.
“El auto siempre funcionó, pero cualquier error en la Clase 3 te deja mal parado y eso nos pasó. La buena puesta a punto de la final me permitió girar al ritmo de los líderes”, cerró.
Otro que regresó a su localidad natal con la frente en alto fue, curiosamente, su coterráneo, Tomás Pugnaloni (Clio), de dignísimo debut en la Clase 2 tras cruzar la meta en el 14° puesto.
Dado el tenor de la exigente prueba, plagada de sobrepasos, despistes e incidentes, la prudente gestión de Tomi al volante podría ternarse al premio “superviviecia”.
“Terminar 14° es una gran alegría, porque nos marcó que estamos a la altura de la categoría. Lástima un problema de frenos que no me dejó avanzar mucho. Esto fue un sueño”, resumió Pugnaloni.
Lamento y felicidad
Difícil combinar sensaciones tan contrapuestas, pero ese fue el mensaje, verbal y corporal, exhibido por la fa- milia Pérez al término de la actividad para la Clase 2.
La doble esperanza de patear el tablero para los hermanos comenzó a desmoronarse en la décima vuelta de la final, momento en que el retornado Diego (Classic) decidió cortar el contacto eléctrico de su vehículo en parque cerrado.
“El motor no daba más de temperatura. Empecé a relegar posiciones y al final tuve que abandonar”, se lamentó el mayor de la dinastía.
Seba, por su parte, aún penando con falta de polenta en lo recto, parecía poder arañar un lugar entre los 10 (llegó a circular 12°). Pero un error lo llevó a la leca y le hizo perder el pelotón.
"El auto venía bien y eso me dejó correr cerca de los 10. Pero cometí un error yéndome afuera. Después tuve que entrar a boxes por problemas de temperatura.
Anécdotica la clasificación final, si subrayamos que la cita pampeana los encontró por primera vez compitiendo juntos en TN.
"Fue un fin de semana distinto y muy lindo. Pudimos correr y avanzar juntos parte de la carrera. Lástima que después nos separamos", contó Seba, posicionado 22° en la prueba decisiva.