Bochas: como el Ave Fénix, Almafuerte fue campeón y resucitó de las cenizas.
Almafuerte pasó de estar prácticamente abandonado a ser un verdadero ejemplo. Instalaciones remodeladas acompañadas por el éxito deportivo.
Resurgió de las cenizas. Hace poco más de un año, el club Almafuerte estaba prácticamente abandonado, con escaso volumen de socios y poca participación en el deporte.
Pero una nueva comisión directiva encabezada por Mario Bertazzo, su presidente, y secundada Walter Landa, entre otros, le pusieron el hombro y remodelaron las instalaciones apostando por las bochas y la pelota a paleta.
"Salió todo redondo. Este proceso se inició con una nueva comisión y a la par de las remodelaciones armamos un equipo competitivo en bochas. Primero descendimos, pero este año salimos campeones de la B", dijo Landa, quien mencionó como clave el arribo de Heraldo Vaquero, Pablo Spurio y su amigo Omar Scalerandi.
"Omar tenía otros ofreci- mientos, pero priorizó su pa- labra. Jugó gratis, sin ningún tipo de interés; hasta colaboró con el club. Es una gran per- sona. Pablo (Spurio) ya tenía pasado acá y volvió para ser campeón. Con Heraldo fuimos hasta compañeros de colegio, pero nunca se forjó una amistad. Está porque es un excelente puntero".
"¿Qué significado tiene para mí? Es especial por todo el esfuerzo que se hizo. En la cancha sólo habíamos perdido 3 partidos y ganar la copa fue el premio que nos merecíamos".
Por su parte, Heraldo Vaquero fue bien sintético:
"Le pusimos el pecho a las balas cuando nos fuimos al descenso y se apostó por volver rápido. Venía todos los días a practicar una hora y media. Había que adaptarse a la alfombra y, en nuestra cancha, marcamos diferencias", dijo el puntero del campeón, quien ya había obtenido un ascenso con Estrella y otro con Olimpia.
"La alfombra es el futuro de las bochas. No te rompe caderas ni piernas (risas). Somos viejos y el sintético nos pasa factura", afirmó.
Para Pablo Spurio (bochador), en tanto, Almafuerte es su segunda casa.
"Vivo a 3 cuadras. Desde los 7 años corro por acá. Me crié en 9 de Julio y siempre vuelvo a este club. Ahora, si me quieren, me voy a quedar (risas)", dijo Spurio, quien mencionó lo duro que resultó el torneo por el nivel que tuvo.
"El mejor partido lo jugamos en Olimpia. Fuimos una máquina. Me vino bien el cambio de aire", dijo Spurio.
Omar Scalerandi completó la orquesta.
"Le di la palabra a un amigo y no podía fallar. Pero en este torneo no jugué tanto por razones laborales. Me tocó entrar en el último partido ante Independiente. Perdíamos 8 a 1 y lo dimos vuelta; nos ayudó la suerte", dijo, con humildad, el cordobés que alguna vez se adueño del chico en Bahía.
"No estoy para jugar en la A y me apena ver tantos clubes cerrados. Muchos deberían copiar el ejemplo de Almafuerte", puntualizó.