El albañil cumplidor
Jara defendió a un albañil de muy bajos recursos imputado de un delito sexual y el hombre pudo pagarle la totalidad de sus honorarios antes del patrocionio.
“No me llamó la atención, porque creo que pidió plata por adelantado en las obras en las que estaba trabajando y supongo que me pagó con ese dinero. No me dijo 'vendí el auto o tal cosa' para pagarme”, explicó.
En otro caso, un procesado lo contrató durante la instrucción de una causa que luego se elevó a juicio y le ofreció pagarle con “la venta de un auto y herramientas”.
“En ese momento lo derivé a un defensor oficial para que se evite pagar mis honorarios, porque tengo que trabajar para vivir; no puedo trabajar gratis. Le dejé en claro que no lo iba a defender, pero tampoco lo iba a abandonar”, sotuvo.