Juan Pipkin cosechó en Rosario un triunfo con sabor a revancha.
El bahiense volvió al triunfo en la Clase 3, luego de una brillante actuación en Rosario. Un desahogo tras un turbulento inicio de año. En la Clase 2, Sebastián Pérez remontó y fue 8°.
No fue el primero, probablemente tampoco será el último. Pero, con seguridad, dado los altibajos emocionales y deportivos atravesados este año, la bandera de cuadros coronó algo más que la séptima victoria en la especialidad.
Por sobre todos los sentimientos posibles, el formidable regreso triunfal del bahiense Juan Pipkin a la Clase 3 del Turismo Nacional, tras casi dos años de sequía (venció por última vez el 18 de septiembre de 2016 en San Jorge), tuvo sabor a revancha. De allí, el valor que el propio piloto le atribuyó a su paso por el Juan Manuel Fangio de Rosario, sede de la novena fecha del año.
“Ante tantas piedras en el camino, esta victoria vale doble. Por el momento que pasé, fue la victoria más importante de mi carrera”, sistentizó el ex subcampeón. Y con cuánta razón...
De golpe y porrazo, por motivos de público conocimiento que no vale la pena recordar, quedó fuera del ambicioso proyecto automovilístico apoyado por Toyota y encabezado por Ernesto “Tito” Bessone, donde el preparador bahiense Pablo Ara- na cumple un rol fundamental en la faz técnica.
Sin embargo, luego de la turbulencia, y gracias a la predisposición del mencionado Arana, aquel que lo depositó en la divisional mayor en 2011 con un Chevrolet Astra, y de un fiel grupo de incondicionales, Pipkin, quien deambuló por el TC Mouras un par de fechas (incluido los 1000 km de Buenos Aires), regresó a su primer amor.
"Cuando uno cuenta con el apoyo de buenas personas que entienden la situación de uno, todo es más fácil", re- marcó Juan.
"Rápido y Furioso"
Vaya si se notó el cambio de motorista. El potencial insinuado desde clasificación, también reflejado en series (venció la segunda más rápida), se cristalizó al 100% de las posibilidades en la final.
Sin demasiada oposición de Antonino García (Cruze), piloto del Torres Competición, y luego de sortear la primera variante a la izquierda, Pipkin logró aparear la marcha puntera y capitalizar la cuerda en el siguiente frenaje a la derecha.
Al mando del pelotón, y tras sortear las múltiples neutralizaciones por los interminables incidentes (el más preocupante, el de Adrián Chiriano), el local se reencontró con el éxito, aquel que paladeó por vez primera en Río Cuarto 2012.
"Increíble lo que rindió el auto con el cambio de motor. Los de Fabián (Giustozzi) tienen otro régimen y los de Pou (Esteban) se acoplan mejor a lo que hoy exige el Turismo Nacional", detalló.
La otra cara de la moneda para la región, la protagonizó Adrián (Focus), quien abandonó cuando transitaba 10° (largó 15°), por la rotura de una rótula.