Los edificios abandonados
Es inaceptable que continúe el deterioro actual. La gestión de todos debe apuntar a poner punto final a estas situaciones.
SI ALGO está afectando especialmente a nuestra ciudad durante los últimos años, eso es la puesta en riesgo de muchos de sus más emblemáticos edificios, los que conforman parte destacada de su patrimonio arquitectónico, cultural e histórico.
EN VARIAS ocasiones hemos referido la preocupante situación del edificio de la Escuela Nº 2 de Vieytes 51, ahora rodeado de un penoso vallado que busca proteger a los caminantes de posibles caídas de las partes del frente, escaparate que a su vez se ha convertido en algo sumamente agresivo para la estética urbana por los afiches y pintadas que lo ocupan.
TAMBIÉN HA sido cercado el edificio que ocupara la Aduana Nacional en la esquina de la avenida Colón y Chiclana. Tapiado y oculto detrás de una tela, a la espera de obras de mejora y ampliación que no tienen fecha ni recursos establecidos.
ESTÁ DESOCUPADO desde hace una década el exedificio del Banco Hipotecario Nacional, en la avenida Colón y Vicente López, una maravilla arquitectónica que espera un ocupante que rescate su estructura y le dé sentido a su existencia.
NO PASAN menos penurias la sede del Club Argentino -en avenida Colón y Vicente Lópezo el edificio que desde 1926 ocupa el Correo Argentino.
AMBOS RECLAMAN tareas de mantenimiento, puesta en valor, adecuación y rescate, a partir de fondos que nunca llegan desde los espacios de debieran aportarlos.
UN CASO también particular es el del inmueble ubicado en la esquina de la avenida Colón y Brown, inaugurado en 1909 como Hotel Sudamericano, que tuvo destino hotelero durante casi 70 años para luego reconvertirse en un centro comercial -con una fuerte intervenciónpara finalmente quedar desocupado.
SE TRATA de un edificio emblemático por el cual prácticamente ya no hay interesados, que tiene presentadas singulares propuestas para reconvertirlo en otra obra, incluso con una ambiciosa torre de 22 pisos usando la parte histórica como zócalo.
NO RESULTA simple definir cuál sería el mejor destino del lugar y cualquier intervención exige un debate de ideas y principios.
PERO SIN dudas es inaceptable que siga con el grado de abandono y deterioro actual. La gestión de todos debe apuntar a poner punto final a esa situación.