Un concurso para el muelle
EL CONSORCIO de Gestión del puerto bahiense acaba de convocar a un concurso nacional de ideas buscando dar nueva vida y uso a un muelle que se encuentra sin destino alguno desde hace 40 años y que conforma acaso la última oportunidad cierta de disponer de un espacio de encuentro entre el ciudadano y el mar.
SE TRATA del llamado “muelle de los elevadores”, construido en 1906 por el empresa del Ferrocarril del Sud --por entonces concesionaria del puerto-- para alojar allí dos modernísimos elevadores de granos, completamente mecanizados, equipamiento que fue parte de la primera gran transformación del puerto.
EN ESE muelle instalaron dos megaestructuras metálicas, prefabricadas y estandarizadas en Inglaterra, llamadas a ser las más relevantes en su tipo en el país.
DE HECHO su figura fue una de las postales preferidas de la bahía durante 50 años.
EN 1977, con el puerto entonces en manos del Estado, se decidió su desguace, con el argumento de implementar en el sitio una mejora operativa.
LOS DOS edificios, verdaderas obras de arte, fueron vendidos como kilos de chatarra y en el muelle nunca se hizo nada, más que comenzar a dejar buques en desuso, transformando el lugar en un depósito de chatarra.
AHORA SE busca darle al lugar un nuevo destino, de tipo recreativo, de generar la oportunidad de un encuentro entre el hombre y el mar.
LA PROPUESTA de un concurso nacional supone aspirar a disponer de una amplia y diversa cantidad de ideas y proyectos para lograr ese objetivo.
EL ÁREA a intervenir es el muelle propiamente dicho y el solar que lo antecede. En conjunto, la longitud del área es de 700 metros lineales; el muelle mide 350 metros por 40 metros de ancho.
“ES IMPORTANTE reflexionar sobre el interés del área, sus bordes y las relaciones que plantean. El muelle es el atractivo por naturaleza. El bahiense no tiene salida al mar y es un reclamo constante de muchos años”, menciona el llamado a concurso.
ES UNA excelente iniciativa, que sin dudas dará excelentes resultados. Es de esperar que la obra no quede en los papeles y se disponga luego de los recursos necesarios para su materialización.
Es de esperar que la obra no quede en los papeles, y que se pueda disponer de los recursos necesarios para su realización.